Dos cómicos italianos en la corte española

Tras el fallecimiento en 1758 de María Bárbara de Braganza, Farinelli, en aquel momento director de los espectáculos reales, recibe en herencia la importante biblioteca musical de la reina. Aquella extensa colección de música manuscrita atestigua los fructíferos años de cultivo musical de la corte española desde la llegada de María Bárbara como princesa de Asturias, hasta su último año como reina, tanto en el ámbito público como en la mayor privacidad de las habitaciones reales.
En lo que a música se refiere, aquel periodo estuvo marcado por los intercambios culturales con Italia, en especial con el reino de Nápoles. Un importante número de instrumentistas, cantantes y compositores italianos se instalaron en la corte española, algunos tan afamados como Farinelli o el compositor Domenico Scarlatti. De este modo, la ópera italiana llegó y se instaló en los teatros cortesanos. Y Madrid se convirtió en uno de los centros operísticos más importantes de Europa.