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Fecha
23 de abril
Hora
18:30
Ponente
Darío Villanueva, exdirector de la RAE y profesor emérito de la Universidad de Santiago de Compostela
Lugar
Auditorio de la Galería de las Colecciones Reales
Título del ciclo
Tras los pasos del Quijote
De 1614 datan las primeras imágenes conocidas del caballero andante, su escudero y otros personajes de la novela. Todo parece indicar que estas representaciones iconográficas, atribuidas a Andreas Bretschneider, nacen relacionadas con otro de los aprovechamientos tempranos que de las imaginaciones cervantinas se hace enseguida para ilustrar e inspirar los desfiles, pantomimas y gags de las fiestas barrocas. De hecho, James Iffland habla de una auténtica “iconosfera” en la que la novela ha vivido inmersa desde el mismo momento de su primera aparición en 1605.
Atención demorada merecen las ilustraciones que han acompañado desde muy pronto las sucesivas ediciones de El Quijote, y que han sido objeto ya de una rigurosa familia de estudios. Pero este destacado capítulo de las ilustraciones librescas que tan esplendorosamente representa la edición de la RAE en 1780 no constituye sino uno de los manantiales para lo que enseguida se convertiría en una verdadera cascada iconográfica. Se sucederán, así, sin solución de continuidad, álbumes de estampas, plafones, frescos, azulejos, murales, tapices, gobelinos, cerámica y porcelanas, caricaturas, carteles comerciales, naipes, viñetas publicitarias, pasquines satíricos, etiquetas de cajas de cigarros, aleluyas, tebeos, calendarios de bolsillo, sellos, cromos, recortables, dibujos animados, óleos y dibujos, fotografías, espectáculos de linterna mágica, películas…
La plasticidad de los cuadros cervantinos explica la atención prestada a la obra por ilustradores, grabadores, pintores o, incluso, publicistas, y aquella característica sobresaliente, junto al extraordinario dinamismo de su sintaxis narrativa, explican también vez la riqueza de adaptaciones cinematográficas de El Quijote con que contamos. El proyecto de “Catalogación del patrimonio cinematográfico universal” basado en la vida y obra del escritor alcalaíno, contaba a principios de este siglo con no menos de 339 entradas, de las cuales 202 correspondían a obras cinematográficas y 110 a realizaciones televisivas.
