La elección de unos “mármoles” u otros está siempre ligada al “gusto", cambiante de unos periodos a otros. Veamos a continuación algunos de los principales "mármoles" utilizados en las estancias del Palacio Real de Madrid.
El mármol de Espejón amarillo y morado es una de las variedades más utilizadas en la decoración del Palacio. El mármol verde de Granada era el favorito de Carlos III, por este motivo se empleó en los espacios más representativos del Palacio, como el Salón del Trono, su dormitorio, el gabinete de porcelana, o su desaparecido oratorio.
La combinación de mármoles muchas veces asocia el mobiliario a la arquitectura, creando un diseño total del conjunto: en el Salón del Trono se utiliza el mármol rosa de Villamayor tanto en el pavimento como en las consolas.
La integración total de los elementos marmóreos tiene su mayor exponente en la Cámara de Gasparini, donde el alabastro de Consuegra es utilizado en jambas, friso, pilastras, cornisa y chimenea, y también en las tapas de las cómodas que se encontraban aquí en el reinado de Carlos III.
Del gran proyecto decorativo diseñado por Sacchetti a base de mármoles para la Real Capilla, tan solo se llegaron a colocar las dieciseis grandes columnas de mármol negro con vetas blancas de una sola pieza procedentes de Mañaria (País Vasco).
La de Azpeitia se utilizó en época de Carlos IV en varios pavimentos muy suntuosos: no sólo el del Gabinete de maderas finas de María Luisa, sino en el del inmediato -llamado de estuco- y en el Ala de San Gil.