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Forro, fragmento

Anterior a 1333

Este fragmento de tejido pertenece al forro que ornaba el ataúd de Alfonso de la Cerda. Hijo del malogrado heredero Fernando de la Cerda, al morir en 1333 fue enterrado en el Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas de Burgos, cerca de su padre.

Este lujoso textil, con decoración barrada horizontal en azul y oro e inscripciones (unas, en árabe, y otras en grafía desconocida), pertenece al grupo de los llamados «panni tartarici» en las fuentes documentales de la época por provenir del Imperio mongol, llamado «Tartaria» en la época.

Especialmente durante la primera mitad del siglo XIV, los tejidos asiáticos (fundamentalmente en técnica de lampás) con una gran abundancia de hilo metálico hicieron furor en Europa. Estos textiles, procedentes de diversos lugares de Asia, no solo fueron codiciados y deseados sino que, al ser el producto de moda, fueron imitados en las manufacturas italianas, si bien estas mantuvieron ciertas tradiciones técnicas.

Anne Wardwell fue la pionera en diferenciar conjuntos dentro de este grupo de tejidos asiáticos, repartiéndolos en ocho categorías en atención a las peculiaridades de su manufactura. Por su contextura, incluyó este textil en la categoría I, procedente de Asia Central. Sin embargo, el origen de esta pieza en concreto es objeto de debate. David Jacoby comenta que su decoración barrada y su inscripción en escritura «nashki» cursiva (muy estilizada) es un modelo común en el Egipto mameluco y Siria, sugiriendo que la pieza fue tejida en territorio mongol para el mercado mameluco. Su similitud con una seda representada en una miniatura persa realizada hacia 1340 en Tabriz y su relación con otras sedas, sobre todo con una perteneciente a Cangrande della Scala (Verona), ha hecho postular una manufactura en esa ciudad del ilkanato iraní. Este origen lo apoyan Monnas (con reservas) y, sin ambages, Jacoby, para quien este sería el aspecto de las sedas tartar «ad modum suriani» (al modo sirio) que se documentan en un inventario papal de 1311.

La presencia de este tejido como parte del ajuar funerario en Las Huelgas de Burgos representa un ejemplo claro del alcance de las rutas comerciales que ligaban Asia y la península Ibérica, tal y como atestiguan sus marchamos comerciales, estampillados con tinta oscura en el reverso del tejido.

Exponente del lujo en la época debido a la riqueza de sus materiales y a su origen, estos ricos tejidos fueron empleados por la Corona castellana en diferentes solemnidades. Así, consta documentalmente que Fernando IV eligió un tejido «tartari» para confeccionar la indumentaria que lució en su ceremonia de entronización en la catedral de Toledo en 1295. Otras dos personas ligadas a la esfera regia, el infante Pedro (fallecido en 1319) y Blanca de Portugal (fallecida en 1321), fueron asimismo sepultadas en el mismo panteón con textiles de esta misma tipología.

Clasificación genérica

Textiles

Tipo de objeto

Forro, fragmento

Época / Contexto cultural

Reinado de Alfonso XI

Lugar de producción

Asia

Datación

Anterior a 1333

Materia

Seda; Hilo metálico

Técnica

Lampás

Dimensiones

Fondo completo: (Altura: 34,5 centímetros; Anchura: 54 centímetros)

Inventario

00653819

Créditos

Texto: María Barrigón Montañés

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