Infante Fernando de Borbón, como dios Marte
Hacia 1754
Esta efigie del infante Fernando de Borbón (1751-1825) forma parte de una serie compuesta por nueve retratos de cuerpo entero de los hijos de Carlos VII de Nápoles ―luego III de España y de las Indias― y María Amalia de Sajonia, realizada entre 1748 y 1758 por el napolitano Giuseppe Bonito (1707-1789). Seis de ellos se conservan en Patrimonio Nacional (los de María Isabel, María Josefa, Felipe Pascual, Carlos Antonio, Francisco Javier, y este de Fernando); dos (los de María Luisa y Antonio Pascual) se perdieron en el asalto, incendio y posterior saqueo de la Embajada de España en Portugal, en Lisboa, el 27 de septiembre de 1975, en donde estaban depositados desde 1949; y el noveno, el retrato del infante Gabriel, se conserva en el Musée des Beaux-Arts Denys-Puech, en Rodez (Francia), depositado por el Musée du Louvre (inv. MNR 104) como retrato de Carlos IV niño, aunque las facciones del hijo «favorito» de Carlos III resultan bien reconocibles.
El pintor napolitano haría otra serie, ya exclusiva de los hijos varones de los reyes de Nápoles formando parejas ―Felipe Pascual con Carlos Antonio, Fernando con Gabriel y Francisco Javier con Antonio Pascual―, toda ella conservada en la Reggia de Caserta.
Este retrato de Fernando es de los más originales de la primera serie de Bonito, por la apariencia que presenta y su pose desenvuelta. Bautizado con el nombre de Fernando Antonio Pascual Javier Nepomuceno José Serafín Genaro Benito Anielo, este tercer hijo varón heredaría el trono de Nápoles y Sicilia en 1759 con la partida de su padre, dada la incapacidad del mayor, Felipe Pascual, y porque el segundo, Carlos Antonio, quedaba destinado a ser el previsible sucesor de la Corona española. Así, Fernando está representado como un pequeño dios Marte, con casco, espada y rodela, al lado un manto real de terciopelo rojo forrado de armiños, y al fondo un par de genios que quieren ofrecerle una corona vegetal, como símbolo de aquellos reinos. Están presentes las insignias que le corresponden por nacimiento: lazo con el Toisón de Oro prendido en el escote y cruzada la banda roja de la Insigne e Reale Ordine di San Gennaro, establecida por su padre en Nápoles el 3 de julio de 1738.
La actitud es singular para un niño de poco más de tres años, al empuñar decididamente la espada, pero vistiendo las sayas propias de su edad. Solo en el retrato del otro vástago destinado a reinar, Carlos Antonio, futuro Carlos IV, se representa también al retratado como personaje mitológico: Hércules niño, sin las serpientes, pero con la clava y la piel de león de Nemea, y toda una serie de elementos propios del retrato de corte: insignias, armadura, almohadón y cortinaje ricamente bordados.