La lección de canto
1718-1719
El pintor francés quedó representado en las colecciones de Isabel Farnesio con una pareja de lienzos que, procedentes del Palacio de San Ildefonso, se conservan en el Museo Nacional del Prado (cat. P002353 y P002354). Sin embargo, estas pinturas «galantes» ingresaron en las colecciones reales españolas por una compra de Carlos III en 1764. En efecto, ese año fueron seleccionadas por Antonio Rafael Mengs, como obras de «Batto», entre las pinturas procedentes de la colección de Florencio Kelly, dando a la pareja una valoración de 2.600 reales de vellón. Serían registradas en el Palacio Real de Madrid en el inventario de 1772 –almacenadas en el «Paso de tribuna y trasquartos»– y en la testamentaría de Carlos III, de 1794, en la «Pieza de paso á la de bestir»: «88 y 88 Dos de media vara de alto y tercia de ancho: el primero una madama con un Caballero que toca una Citara y el segundo otra madama y un Caballero sentado en el Suelo: los dos Escuela francesa … 720». Ese número «88» de la colección Kelly figura escrito en la trasera de sus marcos, diseñados por Andrés de la Calleja. Es posible que el príncipe de Asturias don Carlos Antonio de Borbón, futuro Carlos IV, fuese el destinatario de estas pinturas. Está documentado su interés por obtener más trabajos del pintor francés. El 8 de septiembre de 1766 se escribía al embajador de España en París para que adquiriese «obras de Watteau para el Príncipe N. S.», en carta publicada por Juan J. Luna. Los cuadros figuran en una descripción del mismo Palacio Real por Frédéric Quilliet, de 1808, publicada por José Luis Sancho, en la que se indica: «Watteau, né à Valenciennes en 1684, mort à Nogent en 1721: 88. Deux personnes faisant de la musique 88. Un homme aux pieds d’une femme; curieux & agréables pour le temps». Y de nuevo en un inventario del Palacio Real de Madrid, de 1811, sin indicación de autor ni medidas: «Una Muger Sentada y un hombre desojando una rosa» y «Una muger y un hombre q.[en superíndice “e”] están haciendo Musica».
Debieron de ser traslados en 1824, con Fernando VII, a la Casa de campo del Príncipe en El Escorial. En esa casita fueron inventariados con los números «792» y «794», respectivamente, por Vicente Poleró («Catálogo», 1857). Esta pintura en concreto figura como «792 “Un trovador”», con la siguiente descripción: «Tocando una guitarra requiere de amores á una dama que le escucha con desden». Ocho años después, en el otoño de 1865, Federico de Madrazo solicitaba al administrador general de la Real Casa y Patrimonio el traslado al Real Museo de Madrid de algunos cuadros de la casita escurialense, entre ellos «los dos Watteau que representan un “Trovador” y una “Escena amorosa”». Ese movimiento no se realizó y los cuadros acabaron retornando al Palacio Real de Madrid, después de pasar por el museo del Real Monasterio de San Lorenzo.
Hay grabado de la figura de la dama por Laurent Cars, de 1728.