Reloj de custodia con candil
1583
Hans de Evalo, relojero flamenco natural de Bruselas, fabricó en 1583 este reloj de sobremesa denominado «de custodia» para el rey Felipe II. Su nombre deriva de su aspecto, pues la parte superior, al estar sustentada por una figura femenina que hace de vástago, ofrece la forma general que recuerda al viril de este objeto religioso. Evalo lo construyó en bronce dorado y lo dotó de una sola aguja de acero. En realidad, se trata de uno de los primeros ejemplares de reloj nocturno elaborado en Europa. La figura femenina sujeta sobre su cabeza una caja cuadrada, en cuyo frente se dispone una pieza abatible con forma de cabeza de león, que, al levantarse, permite la salida de un candil que ilumina la esfera. Un depósito de aceite, situado alrededor de la máquina, alimenta la mecha. Este artilugio controlaba el tiempo durante la ausencia de luz solar. Felipe II trabajaba hasta bien entrada la noche y este tipo de reloj le permitía continuar con su rutina diaria.
Hans de Evalo entró al servicio de Felipe II en fecha no determinada, pero ya está documentado en Madrid en 1575. En una relación presentada en 1578, Evalo afirma haber realizado para el Rey dos relojes de candil, con caja dorada. El 18 de enero de 1580 fue nombrado relojero del rey. Desempeñó este cargo hasta su fallecimiento en 1598.
La autoría, la fecha y el lugar de fabricación del reloj se confirman gracias a la inscripción que se lee en una cartela en el interior del dial horario: «Hans de Evalo, F. En Madrid 1583».
La pieza fue enajenada de la colección real en fecha desconocida. En agosto de 1907, durante un viaje a Brujas, José María Florit y Ariscum, conservador de la Real Armería, descubrió que un anticuario de Frankfurt había vendido este reloj candil de Hans de Evalo a madame de Stumm-Holzhausen, esposa del embajador alemán en Madrid. Poco después, al parecer, el embajador se lo regaló a Alfonso XIII, quien lo reintegró al Real Monasterio de El Escorial.