San Juan Bautista
1475-1500
Felipe II ofreció al Monasterio de El Escorial numerosas obras de arte, no solo para su decoración, sino también para el culto divino. Todos estos objetos fueron registrados en los denominados «Libros de Entregas». En la «Entrega Quinta», de 1586 (fol. 77), se describe una escultura en alabastro: «Una figura de San Juan Baptista en el desierto, vestida de una piel de carnero, con el cordero puesto dentro de un cerco redondo en la mano izquierda, señalandole con el dedo de la mano derecha, puesta la figura sobre una peana cuadrada hecha de follaje abierto con sabandijas, que entran y salen por lo follajes, todo de alabastro. Tiene de alto una vara escasa metida en una caja de madera blanca con dos puertas». La escultura se guardaba en el camarín de El Escorial, en lugar preferente —en medio de las gradas—, y siempre se ha mencionado en las fuentes bibliográficas del monasterio. En 1820 Nicolás Bermejo reparó en el nombre del autor, incluido en la peana: «Nicolaus», quien fue identificado inicialmente como Nicolás Vergara, artista español del siglo XVI.
Gracias al estudio de Xavier de Salas (1967) se pudo identificar correctamente al autor de esta pieza, el escultor boloñés Niccolò d’Antonio d’Apulia Schiavo, muy conocido por sus trabajos en terracota, como el grupo de la «Lamentación», realizado en 1463 para la iglesia de Santa María della Vita en Bolonia. En 1469, los dominicos lo contrataron para adornar el sepulcro de santo Domingo, un arca de alabastro, razón por la que adoptó el sobrenombre de Niccolò dell´Arca. Las semejanzas de estilo entre las esculturas de este arca y la figura del san Juan Bautista de El Escorial son muy evidentes. El tratamiento anatómico, la mirada profunda y algo estrábica, la boca entreabierta y, especialmente, el tratamiento de la barba y el pelo, son idénticos a varias de las figuras del Arca de Santo Domingo, como la de San Florián.
En la documentación que se conserva sobre la vida y la obra del artista se registra que a su muerte dejó una escultura en mármol de san Juan Bautista, la única en este material aparte de las del arca, de una altura de siete palmos (entre 54 y 75 cm), que estaba destinada a pagar la dote de su hija. La escultura fue adquirida en 1496 a la viuda del artista por Juan de Marradas, canónigo valenciano, familiar y cubiculario del papa Alejandro VI. El propio Marradas hubo de trasladarla a Valencia, donde tiempo después la adquirió Felipe II (Parisi, 2022).