Uso de cookies

La Galería de las Colecciones Reales usa cookies, propias y de terceros, con finalidad principalmente técnica y necesaria para prestación de nuestros servicios y mostrarles contenido relevante. Más información en nuestra política de cookies. Política de cookies.

ACEPTA para confirmar que has leído la información y aceptado su instalación. Puedes modificar la configuración de tu navegador.

El proyecto de colaboración entre Patrimonio Nacional y Ubisoft ha tenido como objetivo la reproducción de un casco de Samurái, o kabuto, perteneciente a Felipe II, con motivo del lanzamiento del videojuego Assassin's Creed Shadows ambientado en el Japón feudal. El kabuto original del que parte esta iniciativa se custodia actualmente dentro de las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional en la Real Armería de Madrid. Este proyecto ha sido posible gracias al trabajo conjunto de Ubisoft y Way to Blue y al desarrollo de la reproducción del kabuto por Factum Arte de Madrid y la asesoría del Museo Stibbert de Florencia.

  • Horario

    De lunes a sábados de 10:00 a 20:00. Domingos y festivos de 10:00 a 19:00

  • Acceso

    Plaza de la Armería. Los grupos accederán por la entrada de Cuesta de la Vega 
     

Un kabuto para Felipe II

El kabuto es un casco de guerra, pero también se utilizaba como objeto de representación junto con el resto de la armadura a la que se asociaba. Está hecho de piezas de acero o hierro unidas o articuladas con hilos de seda o remaches, su exterior podía estar ricamente decorado, fundamentalmente con lacas de diversos colores. Al igual que los cascos occidentales contemporáneos, los kabutos eran el elemento más importante de la armadura, el más apreciado. También podían ser objetos preciosos por su construcción y decoración que reflejaban la posición social y el poder de un Samurai o un Daimyo.
Entre los primeros kabutos llegados a Europa se encuentra éste presentado por la embajada Tenshō a Felipe II de España en 1584. En la actualidad su aspecto no se corresponde con el original por haber sido alterado tras su destrucción parcial en el incendio que sufrió la Real Armería el 10 de julio de 1884, en el que perdió todo su tratamiento decorativo. Por este motivo el objeto del proyecto ha sido la elaboración de una reproducción que recuperara su aspecto original a partir de su modelo digital, de inventarios históricos de la colección real y de dibujos y fotografías del siglo XIX. Este trabajo ha permitido comprender y documentar mejor esta obra, al tiempo que explica la fascinación que debió causar por el exotismo y expresividad de un mundo radicalmente diferente al europeo en el que vivió Felipe II.

Visor 3D

La embajada Tenshō

La llamada embajada Tenshō tuvo su origen en la labor evangelizadora de la Compañía de Jesús en Japón, que, amparada por la corona portuguesa, motivó la conversión al cristianismo de algunos miembros de familias nobles. Esta delegación partió del puerto de Nagasaki en 1582 con el objetivo de reunirse con el rey de Portugal, llegando a Lisboa en 1584 tras dos años y medio de viaje. Fue promovida por el padre Valigniano, Visitador en Japón de la Compañía de Jesús, y estaba presidida por cuatro nobles católicos llamados Mancio Ito, Miguel Chijiwa, Julián Nakaura y Martín Hara, acompañados en su llegada a España del jesuita Diego de Mesquita.  Con este viaje se pretendía establecer un contacto directo con Occidente, conseguir una mayor difusión de la Fe a su regreso y lograr el apoyo del Papa en la labor misionera de la Compañía. 

Tras viajar a Madrid fueron recibidos por Felipe II de España, desde 1580 también rey de Portugal. A su llegada, entregaron como presente dos armaduras y diversas armas que fueron enviadas al Guardajoyas del Alcázar de Madrid, donde ingresaron en consideración de su valor exótico. Durante su estancia en Madrid, Felipe II indicó a los jóvenes japoneses que visitaran la Real Armería por su interés como símbolo del prestigio dinástico, visita de la que dejaron una detallada descripción a su vuelta a Japón. 

La consideración de las armas japonesas en la Real Armería

Diez años después de su entrega las armaduras fueron remitidas a la Real Armería, donde ocuparon un lugar preeminente, tras las armas personales del emperador Carlos V y los trofeos militares.
Su ingreso en la Real Armería no sólo estuvo motivado por tratarse de armas, sino también por el propio carácter que la colección tenía como prolongación de las llamadas Cámaras de las Maravillas, donde se custodiaban objetos exóticos y exclusivos. Este regalo reforzó la colección de la Real Armería como uno de los mejores exponentes del prestigio internacional de la dinastía, ya que albergaba las armas del monarca y de sus antepasados, diversos regalos diplomáticos, de familia, trofeos militares y objetos singulares. 
Sin embargo, el aprecio por estas armaduras, y en particular por este kabuto, varió a lo largo del tiempo. En época de Felipe II fueron valoradas no sólo por su carácter diplomático, sino por su exotismo y exclusividad. Con el paso del tiempo fueron cayendo en la incomprensión, de modo que a finales del siglo XVIII fueron calificadas como “ridículas” y a mediados del XIX como objetos extravagantes adecuados “para asustar a los niños”. Por el contrario, hoy están consideradas como joyas del Patrimonio Histórico Español, dado su extraordinario valor histórico y artístico.

El kabuto en la documentación histórica

El ingreso de este kabuto fue recogido en los inventarios históricos de la colección de finales del siglo XVI y principios del XVII. Si bien no siempre son precisos, dada la ambigüedad de algunas descripciones que en ocasiones no permiten diferenciar con certeza unas armaduras de otras, gracias a ellos y a los testimonios posteriores es posible aproximarnos a su aspecto original e ilustrar su esplendor. 
En ellos se recogen dos kabutos, uno lacado en rojo, que llegó con pocas alteraciones hasta el siglo XIX, lo cual ha permitido analizar el aspecto de este kabuto gracias a un dibujo y su descripción recogidos en la obra de Achille Jubinal y Gaspard Sensi de 1838, dedicada a la Real Armería por encargo de la reina Isabel II. 
Junto con él disponemos de su última descripción anterior al incendio de 1884, publicada por Antonio Martínez del Romero en el catálogo de la Real Armería de 1849, que se correspondería con las fotografías de su armadura realizadas por Jean Laurent hacia 1860. 
Estos documentos han sido por tanto claves en la reconstrucción del kabuto, aunque no por ello dejan de ser contradictorios en algunos detalles. 

El proceso de recreación del kabuto original

La reproducción del kabuto de Felipe II es el resultado de un proceso complejo, a partir del estudio de la documentación histórica de la colección y de la elaboración del modelo en 3D. Este proceso aporta información muy valiosa sobre el nivel de manufactura de los artesanos japoneses del siglo XVI, así como señales clave para reconstruir zonas ya invisibles. 

En 1849 el kabuto fue descrito semejando “una cabeza rasurada”, lacado en rojo en su superficie, con dos ojos figurados sobre la vista y “un gran mechón de cerda” en la nuca, compatible con el uso en algunas armaduras japonesas de crin de yak o de caballo, que diferiría del aspecto de piel de fócido otorgado por los armeros de Felipe II al hacer el inventario. Todo ello concuerda con las fotografías realizadas hacia 1860 por Jean Laurent. Sin embargo, el dibujo de 1838 difiere en que la cresta del kabuto no parece estar rasurada, sino que está dotada de un cierto volumen. 
En realidad, según se ha comprobado en el proceso de reconstrucción, se trataría de un efecto óptico debido a la pronunciada altura de la calva del kabuto, en la que el pelo estirado parece una cresta en su vista lateral cuando en realidad no lo es.

Ante las discrepancias entre los inventarios, se ha optado por resolver el tratamiento de la calva del kabuto, sin duda el aspecto más hipotético de su reconstrucción, con crin de caballo, aunque pudo haber sido de yak, estirada a la manera del peinado tradicional japonés y por coherencia estética y constructiva con el penacho o coleta que lo remataba siguiendo la vista lateral del dibujo de 1838 y la presencia de cerda o pelo animal reseñada en 1849. Este tratamiento no parece incompatible con su definición como cabeza rasurada, según sugiere la vista frontal de las fotografías de Jean Laurent y los restos de posibles pelos degradados que en ella se aprecian.

El modelo 3D del original se construye tras la toma de cientos de fotografías desde múltiples ángulos del objeto. Y su materialización consistió en una impresión 3D de metal mediante sinterización selectiva láser de polvo de acero inoxidable: S.L.S. Todo el trabajo posterior fue apoyado por las fuentes históricas, siguiendo un proceso completamente artesanal y similar al de sus creadores originales.

Patrimonio Nacional y Ubisoft

Como colofón a este proyecto, la empresa Ubisoft ha incluido esta exclusiva pieza en el Códice de Assassin’s Creed Shadows, haciéndolo accesible a los jugadores y jugadoras de todo el mundo, contribuyendo a la preservación y la difusión del patrimonio histórico y cultural.
La reconstrucción de este kabuto ha permitido aproximarnos en gran medida a su aspecto original y nos ha revelado un objeto de una tipología y acabados extraordinarios difícilmente imaginables. Ha sido igualmente un claro ejemplo de cómo las tecnologías digitales son cada vez más imprescindibles como herramientas para plantear nuevas reinterpretaciones de los bienes culturales, así como para la recuperación y puesta en valor de un legado cultural que en este caso acerca y comparten dos culturas cada vez más interconectadas como son la oriental y la occidental. 

Multimedia

Autores y coleccionistas

Felipe II
Monarca

Felipe II

(Valladolid, 1527 - El Escorial (Madrid), 1598)

Hijo primogénito de Carlos I de España y V de Alemania (1500-1558) y de Isabel de Portugal (1503-1539), la educación del futuro Felipe II estuvo a cargo de su ayo, Juan de Zúñiga, del Cardenal Silíceo, maestro de primeras letras y confesor, y de Juan Ginés de Sepúlveda, quienes proporcionaron a su pupilo una formación humanista. El aprendizaje político del entonces Príncipe Felipe se desarrolló desde 1543, cuando por primera vez sustituyó a su padre, Carlos I, en la Gobernación de España. En 1548, el heredero realizó un largo viaje a través del Norte de Italia, Austria, Alemania y los Países Bajos durante el que tuvo ocasión de conocer algunos de los territorios sobre los que reinaría en el futuro....

Leer más

Organiza: Patrimonio Nacional y Ubisoft

Colaboradores: Factum Arte Madrid, Way to Blue, Museo Stibbert de Florencia

Coordinadores: Consuelo Pelegry, directora de Comunicación de Patrimonio Nacional; Pilar Ogando Medeiros, Senior Account Manager, Way to Blue; Álvaro Soler del Campo, Dirección de las Colecciones Reales, Real Armería; Eduardo García, Factum Arte.

Agradecimientos: Fernando García, Mónica Sardina, Imran Khan, Laura Lagos, Laura Lucas, Way to Blue; Silvia Álvarez, Almudena Casado y Alfonso Jurado, Factum Arte; Riccardo Franci, conservador de la Armería del Museo Stibbert de Florencia; Fernando Rodríguez-Piñero Jiménez y Alicia Pérez Bayón, Real Armería.