Isabel María Francisca de Braganza y Borbón

Tercera de los nueve hijos de Juan VI de Portugal (1767-1826) y de la Infanta española Carlota Joaquina de Borbón (1775-1830), hermana mayor de Fernando VII (1784-1833), la infancia de Isabel de Braganza transcurrió en la corte de Lisboa hasta que la invasión de Portugal por las tropas napoleónicas, en 1807, la obligó a huir junto a su familia a Brasil. En 1816, con el fin de estrechar las relaciones diplomáticas y dinásticas entre España y Portugal, se concertaron los dobles matrimonios de Isabel de Braganza y su hermana María Francisca (1800-1834) con sus tíos, el Rey Fernando VII (1784-1833) y el Infante Carlos María Isidro (1788-1855). La nueva Reina hizo su entrada oficial en Madrid el 29 de septiembre de 1816. Esa misma noche se celebraron los desposorios de los Reyes en el Palacio Real.

Mujer discreta y de carácter afable, la inclinación de Isabel de Braganza por las artes le llevó a patrocinar la creación de un gran museo público, el Museo Real de Pintura y Escultura, que había de acoger las obras de arte pertenecientes a las Colecciones Reales. Si bien el Museo se inauguró en noviembre de 1819, cuando hacía casi un año que la Soberana había fallecido, el escultor José Álvarez Cubero y el pintor Bernardo López realizaron sendas obras que rinden homenaje a su implicación en el proyecto, germen del actual Museo de Prado. 

La Reina quedó embarazada poco después de su llegada a Madrid. En agosto de 1817 dio a luz a la primera de sus hijas, la Infanta María Isabel Luisa, que apenas sobrevivió unos meses. De nuevo encinta, Isabel de Braganza falleció de sobreparto en el Palacio de Aranjuez, el 26 de diciembre de 1818, al alumbrar una segunda hija que nació muerta. 

Los restos de la Soberana reposan en el Panteón de Infantes del Monasterio del Escorial.

Fuente: Real Academia de la Historia (https://www.rah.es)