Altar portátil
Fechado en 1734
Es el altar portátil más antiguo de los conservados en Patrimonio Nacional, quitando el del platero Juan Rodríguez de Babia, de 1567 (inv. 10014748). Corresponde al reinado de Felipe V y fue realizado para el príncipe de Asturias, Fernando de Borbón (1713-1759) ―futuro Fernando VI―, siendo empleado después por su esposa la reina Bárbara de Braganza (1711-1758), como indican las tachuelas claveteadas en el cuero exterior: «ORATORIO DE LA REI.A / NRA. SEÑ.A» (las letras tras los puntos, en voladita).
Con forma de arcón desplegable y forrado al exterior de cuero teñido de rojo, tiene su interior decorado con talla dorada, terciopelo rojo con bordados en hilo de plata sobredorada y, bajo dosel, tres cobres pintados al óleo por Andrés de la Calleja (1705-1785). La escena principal representa a «La Sagrada Familia con san Joaquín y santa Ana» y está firmada en la grada superior en letras capitales: «A. CALLEXA, F.A / 1734» (la «A» de la abreviatura, en voladita). La composición viene presidida por Dios Padre y el Espíritu Santo, conformando con el Niño la Santísima Trinidad. La escena está resuelta en la estética dominante de Carlo Maratta a través de su discípulo Andrea Procaccini. El cobre central está flanqueado por los óvalos de «San Antonio de Padua con el Niño Dios», a la izquierda, y «San Francisco Javier bautizando conversos», a la derecha, los tres enmarcados con galón dorado. La figura de san Antonio de Padua con el Niño en brazos se asemeja formalmente al grabado de Simone Cantarini, en la que el Hijo de Dios echa las manos hacia el rostro del religioso. San Francisco Javier, con cruz en la mano, alba blanca y estola, como suele ser representado el misionero jesuita, está bautizando conversos vertiendo de una jarra abundante agua sobre la cabeza de una mujer lujosamente ataviada, con varios indígenas empenachados alrededor, atendiendo a su sobrenombre de Apóstol de las Indias.
Las ruedas de sus patas y, sobre todo, las varas plegables, permitieron darle un uso más variado que los altares de fábrica fijos en capillas y oratorios. Fue empleado en ceremonias privadas de la familia real, sirviendo de forma continuada hasta fechas no demasiado lejanas. Por ejemplo, hay fotografía, de diciembre de 1906, en la que se distingue en el salón de Gasparini del Palacio Real de Madrid, dispuesto junto a la pared norte para el bautizo del infante Luis Alfonso de Baviera, sobrino de Alfonso XIII, el martes 18 del mismo mes.
En Patrimonio Nacional se conservan otros altares que mantienen la misma tipología: uno facticio con dos miniaturas del siglo XVIII y un óleo del XIX (inv. 10060825) y tres enteramente decimonónicos (inv. 10025917, 10047690 y 10041778, este último asimismo recompuesto).