Cómoda
1790-1800
Esta cómoda-tocador, tipología híbrida de gran originalidad, presenta una calidad técnica pocas veces vista. Su sencilla estructura no deja entrever la riqueza interior que presenta el mueble, originalmente dotado de un sistema mecánico que elevaba los módulos laterales.
Por sus características, la cómoda fue relacionada con Francesco Abbiati, reconocido a nivel europeo como uno de los más hábiles ebanistas italianos de todo el Neoclasicismo, quien aunó en sus piezas la simplicidad estructural con la riqueza decorativa, creando obras de singular belleza donde el artista llevó al extremo el complejo arte de la marquetería. Sin embargo, un estudio detallado de la técnica no nos permite atribuir este mueble a Abbiati, aunque es probable que haya sido realizado en un taller lombardo.
La pieza en cuestión, datada a finales del siglo XVIII, incluye todas las características del repertorio neoclásico en cuanto al mobiliario: estructura sencilla a base de elementos arquitectónicos de raigambre clasicista y motivos decorativos tomados principalmente de la Antigüedad, si bien aparecen algunas escenas provenientes de la Biblia. Este retorno a lo clásico se explica desde una doble vertiente: por un lado, el rechazo del abigarramiento propio del Rococó y, por otro, la difusión de las formas clásicas a partir de los escritos de autores como Winckelmann tras los descubrimientos de Pompeya y Herculano en 1755 y 1761, respectivamente.
En su decoración, el mueble incluye motivos decorativos de carácter vegetal intercalados con otros elementos alegóricos, como los «putti», que realizan actividades propias de las artes plásticas y la música o las tareas agrícolas. En los intercolumnios, cuatro escenas tomadas del Antiguo Testamento: en la parte posterior del mueble, la liberación de los judíos de Egipto, escena proveniente del Libro del Éxodo; en los laterales, el Juicio de Salomón, pasaje narrado en el Libro I de los Reyes, y Susana acusada de adulterio, texto perteneciente al Libro de Daniel. Finalmente, en el frontal y cabalgando una cuadriga tirada por seis caballos, un emperador romano rodeado de las alegorías de la Justicia y de la Prudencia, así como de los dioses Diana y Apolo. En el centro de esta escena, y bajo una de las bocallaves, aparece el escudo de Manuel Godoy, príncipe de la Paz y primer ministro del rey Carlos IV quien fue, con toda probabilidad, el propietario del mueble.
En su interior, esta cómoda presenta multitud de pequeños compartimentos, algunos de los cuales incluyen persianas decoradas con «capricci» tomados de grabados y repertorios ornamentales del momento.