Escritorio
1750-1775
Este escritorio, sin duda una de las piezas de mobiliario más genuinas del reinado de Fernando VI, debió presentarse como un objeto de gran lujo en una España donde el arte de la marquetería se encontraba, en ese momento, en cotas de desarrollo y calidad notablemente más bajas en comparación con países como Francia o Alemania. No tenemos datos documentales acerca del origen de este mueble o de cómo llego a la corte española, si bien está claro que fue realizado para el rey, pues así lo atestigua el anagrama del soberano en el centro del tablero, compuesto por dos efes entrelazadas con la cifra bajo la corona real. Esto se complementa con el escudo gofrado en oro que, en el interior de la pieza, se muestra en el terciopelo de la superficie de escritura.
La fabricación de este mueble probablemente tuvo lugar en Francia, estando su factura cercana al ámbito del ebanista galo Pierre Roussel (1723-1782), quien desarrolló su labor profesional, como era habitual, en el «faubourg Saint-Antoine». Características habituales en muchas de sus obras, como las grandes superficies chapeadas en contraveteado, la marquetería de flores, las maderas teñidas en tonalidad verde o las estilizadas patas «en cabriolé» se muestran en el escritorio expuesto en la Galería de las Colecciones Reales.
El ingenio constructivo hace de esta una pieza de gran versatilidad. Su apariencia de consola se transforma cuando se abren las patas laterales, que sirven de apoyo al tablero. Este último se despliega mostrando una superficie de escritura en terciopelo verde y una serie de cajones que se abren desde la parte superior. Incluye, igualmente, una gaveta secreta, recurso habitual en este tipo de mobiliario.