Exhortación a las Virtudes
Hacia 1515
Este tapiz pertenece a una de las series que guarda un mayor número de interrogantes dentro de las conservadas en Patrimonio Nacional. Realizado hacia los años veinte del siglo XVI, sus figuras agolpadas en primer plano, el uso de cartelas con los nombres de cada uno de los personajes representados y el poco desarrollo de fondos paisajísticos, hacen que este paño se asocie con la producción del gótico final. Dentro de esta se encuadran los tapices de época de Juana I de Castilla (1479-1555), de su madre Isabel la Católica (1451-1504) e incluso, guardan relación estilística con una de las más importantes empresas tapiceras conectadas con el emperador Carlos V (1500-1558): «Los Honores».
Esta serie de paños perteneció al emperador, pero como bien demostró Annemarie Jordan (2010) en su estudio sobre las posesiones de María Manuela de Portugal (1527-1545) —primera esposa del príncipe Felipe, futuro rey Felipe II de España (1527-1598)— aparecen registrados en el inventario que se realizó tras la muerte de la princesa en 1545. Sin embargo, ya que estos tapices son anteriores estilísticamente a este inventario, y casi coetáneos al nacimiento de María Manuela, se valora la posibilidad que fueran heredados por su madre, Catalina de Austria (1507-1578), hija de la ya mencionada Juana I y su esposo, Felipe el Hermoso (1478-1506), y hermana del emperador.
Valorando la datación de los paños y la historia de la propia Catalina, a veces se incide en resaltar la posibilidad de una filiación española de esta serie. Esto se debe a la relación de los paños con Juana I y a la importante colección de tapices que guardaba en Tordesillas, así como el posterior reparto de estos a su hija Catalina, por orden de Carlos I, para llevar consigo a Portugal. De lo que sí se tiene constancia es de que, a la muerte de María Manuela, el emperador compró estos tapices en su almoneda y posteriormente pasaron a su hijo, Felipe II, quien los adscribió dentro de los bienes pertenecientes a la Corona española.
En este paño, alegorías de los vicios y las virtudes, así como representaciones del Antiguo Testamento se agrupan en torno a dos figuras principales: la Ira, montando sobre Cancerbero, y la Templanza reflejada en su espejo. Ambas personificaciones son acompañadas por personajes que practican la virtud o el vicio y, por tanto, apoyan a uno u otro bando. La presencia del arte italiano clásico, en especial la escuela florentina, es evidente en varias figuras, así como en la utilización de iconografía mitológica, como se observa en el unicornio del primer plano. La cenefa es una guirnalda continua de flores, racimos de uvas y hojas, coronada en la parte superior con una cartela con una inscripción latina que alude a la imagen del campo.