Fernando VI, rey de España
Hacia 1750
Louis-Michel van Loo (1707-1771), de familia de artistas originaria de los Países Bajos, fue un
destacado retratista francés, llegado a Madrid el 15 de enero de 1737 por recomendación de Hyacinthe Rigaud para suplir en la corte al pintor de cámara Jean Ranc, fallecido año y medio antes, el 1 de julio de 1735. En España, desarrolló una brillante carrera al servicio de los monarcas de la Casa de Borbón a lo largo de quince años: Felipe V y Fernando VI, hasta el retorno definitivo a su Francia natal en 1752. En ese tiempo vio surgir en Madrid la Real Academia de San Fernando, de la que fue nombrado director de pintura.
En la efigie de medio cuerpo de Fernando VI (1713-1759), pareja del retrato de su esposa la reina Bárbara de Braganza (inv. 10002070), muestra al monarca en el cénit de su poder. Empuña teatralmente en la diestra la bengala de mando en una postura gallarda, bien lejana de lo que sería la realidad de su último año, cuando estuvo recluido en el castillo de Villaviciosa de Odón tras su sentida viudez, llevando una vida errática. Con el vivo colorido característico del pintor francés, el soberano está representado al aire libre, recortado sobre nubes blancas y grisáceas peculiares de los fondos de sus obras. Lleva larga peluca blanca y viste coraza sobrepuesta a la casaca de terciopelo marrón con mangas de piel de jaguar y abundante bordado en hilo de plata sobredorada. Como es norma en el retrato de corte, luce diversas insignias. Al cuello cuelga la del Toisón de Oro, cuyo vellocino dorado y llamas de rubíes asoman bajo la banda de muaré azul cielo de la Orden francesa del Saint-Esprit cruzada al pecho, que tiene su cruz plateada cosida al manto real en terciopelo azul, con forro de armiños. Al igual que el manto, la vistosa faja roja de general destaca por sus plegados angulosos, iguales a los empleados años antes en los retratos de Felipe V, como el ecuestre también en la Galería de las Colecciones Reales (inv. 10025803) o en el cortinón rojo de su obra más famosa, el gran cuadro de «La familia de Felipe V», firmada en 1743 (Madrid, Museo Nacional del Prado, cat. P002283). La composición se completa con un elegante tricornio de fieltro negro, adornado de plumas blancas y rico bordado en oro apoyado en primer término en la roca, con los guantes como si hubiesen sido dejados allí de cualquier manera.
El elegante marco, en madera de talla dorada, con hojas «picadas» en el canto e hilo de cuentas en el filo, sigue el modelo creado por Isidro Velázquez en 1804 para la Real Casa del Labrador en Aranjuez.