La naranjera
Hacia 1790
De padre francés y madre española, el madrileño Luis Paret y Alcázar (1746-1799) es el más genuino representante en España de la estética rococó francesa, aprendida de su maestro Charles François de la Traverse. Coetáneo de Francisco de Goya, cursó estudios reglados en la Real Academia de San Fernando, en la que acabó enseñando. Estuvo en su juventud en Roma, pensionado por el infante Luis de Borbón, que le encargó diversas obras. En 1775 sufriría destierro por su implicación en los amoríos de este hermano de Carlos III. Tras permanecer dos años y medio en Puerto Rico, pudo regresar a España al obtener la conmutación de la pena por la de alejamiento de la corte. En ese tiempo, inició en Bilbao una serie de vistas de los puertos vascongados que le han dado merecida fama como paisajista, si bien se tienen en especial estima sus cuadros de pequeño formato, obras delicadas, minuciosas y de bello colorido, como este cobre circular, acaso pintado tras su regreso a Madrid en 1789, con el fallecimiento del monarca en diciembre del año anterior.
La escena está protagonizada por las dos damas en pie con el niño, que forman visualmente una pirámide compositiva con otros personajes, la naranjera a un lado y una pareja de maja y majo sentados al otro, con ese gran árbol central tras el grupo principal. La delicadeza de los gestos es llamativa. La naranjera ofrece la misma mirada que el niño, ella para vender la fruta de la cesta, y las dos piezas que tiene en la mano, y el niño para obtenerla. Por el contrario, las damas responsables del niño y del perrito, que visten de paseo con basquiñas negras y mantillas blancas, y adorno floral en el cabello, parecen estar ajenas a esas peticiones y se muestran más atentas al espectador o al destinatario del cuadro, con miradas penetrantes y un cierto coqueteo mediante los abanicos. El manejo de este complemento femenino tenía entonces sus lecturas concretas en el lenguaje establecido en los usos amorosos dieciochescos. El niño viste inmaculado de sedas con sombrerito y a un lado el perrito con su lacito.
El tono de esta escena se relaciona con una pintura de Paret en el Museo Nacional del Prado, «El Jardín Botánico desde el Paseo del Prado» (cat. P007661), cuadro asimismo procedente de la colección de José de Salamanca y considerado de la última etapa del pintor, estando inacabado. En esa pequeña pintura sobre tabla vemos otros personajes tomados de los ambientes privilegiados de la sociedad, que contrastan con las escenas de penuria de «Ciego y lazarillo comiendo huevos» (inv. 10010071) y «El rezo del rosario» (inv. 10010067), pintadas para el infante Luis de Borbón.