Uso de cookies

La Galería de las Colecciones Reales usa cookies, propias y de terceros, con finalidad principalmente técnica y necesaria para prestación de nuestros servicios y mostrarles contenido relevante. Más información en nuestra política de cookies. Política de cookies.

ACEPTA para confirmar que has leído la información y aceptado su instalación. Puedes modificar la configuración de tu navegador.

Isabel II

Casa de los Borbones

Isabel II

Madrid, 10 de octubre de 1830 - París (Francia), 09 de abril de 1904

Ver en la Línea del tiempo

Biografía

Hija primogénita de Fernando VII (1784-1833) y de su cuarta esposa, María Cristina de Borbón Dos Sicilias (1806-1878), la futura Isabel II fue jurada Princesa de Asturias ante las Cortes españolas, reunidas en la Iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid, el 20 de junio de 1833. Apenas tres meses después, se convirtió en Reina de España tras el fallecimiento de Fernando VII el 29 de septiembre de ese mismo año. Durante su minoría de edad, actuaron como regentes, primero su madre, la reina María Cristina, y después el general Baldomero Espartero.

La infancia de Isabel II se vio condicionada no sólo por el estallido de la primera Guerra Carlista (1833-1840), que puso en cuestión su legitimidad como Soberana frente a los partidarios de los derechos sucesorios de su tío, el Infante Don Carlos María Isidro (1788-1855), sino también por los conflictos internos en el seno del Liberalismo español, en concreto entre los partidos moderado y progresista. Esta situación afectó a la educación de la Reina niña, que fue un tanto descuidada pese a contar con los ilustres Manuel José Quintana y Agustín Argüelles como preceptores.

Isabel II fue proclamada mayor de edad el 15 de octubre de 1843, después de que un movimiento militar pusiera fin a la Regencia del general Baldomero Espartero, sucesor de María Cristina de Borbón como Regente de España desde mayo de 1841. En 1846, el gabinete moderado presidido por Francisco Istúriz dispuso el matrimonio de la Reina con su primo, el Infante Francisco de Asís de Borbón (1822-1902), después de que Francia e Inglaterra vetaran respectivamente las candidaturas a la mano de la Soberana de sendos Príncipes alemán y francés, y de que fracasara el proyecto de fusión dinástica que abogaba por la unión de Isabel II con su primo, Carlos Luis María Fernando de Borbón y Braganza (1818-1861), hijo del Pretendiente carlista. 

Finalmente, la boda de la Reina se celebró en el Palacio Real de Madrid el 10 de octubre de 1846. Isabel II y Francisco de Asís de Borbón, nombrado Rey consorte tras su matrimonio, tuvieron diez hijos: el Príncipe Luis (nacido y muerto en 1849); el Príncipe Fernando (nacido y muerto en 1850); la Infanta Isabel (1851-1931), Condesa de Girgenti por su matrimonio con Cayetano de Borbón-Dos-Sicilias (1846-1871); la Infanta María Cristina (nacida y muerta en 1854); el futuro Alfonso XII (1857-1885); la Infanta María de la Concepción (1859-1861); la Infanta Pilar (1861-1879); la Infanta María de la Paz (1862-1946), Princesa de Baviera casada con el príncipe Luis Fernando de Baviera (1859-1949); la Infanta Eulalia (1864-1958), Duquesa de Galliera al casarse con el IV Duque de Galliera (en Italia) Antonio de Orleans y Borbón (1866-1930), y, por último, el Infante Francisco de Asís Leopoldo (nacido y muerto en 1866).

El reinado personal de Isabel II se caracterizó por la inestabilidad política. La duración de los gobiernos del periodo estuvo condicionada por los frecuentes pronunciamientos militares y sublevaciones, como la Revolución de julio de 1854, además de por la incapacidad de la Reina para erigirse en árbitro neutral en las disputas entre los partidos moderado y progresista. Pese a ello, durante la conocida como “época isabelina” continuó la consolidación del régimen constitucional en España mediante la promulgación de las Constituciones de 1837 y 1845, al tiempo que se dio curso a todo un conjunto de medidas que favorecieron la implantación de un modelo de política, sociedad y economía propiamente liberales: por ejemplo la creación de la Guardia Civil en 1844, las reformas tributaria y de la Administración de 1845, la construcción del Palacio de las Cortes (1843-1850), el proyecto de Código civil de 1851, las Leyes Generales de Ferrocarriles y de Desamortización General de 1855, o las Leyes de Enseñanza de 1847, 1855 y 1857, entre otras disposiciones legislativas. Asimismo, el reinado de Isabel II supuso una etapa de modernización y progreso económico para España. La expansión del ferrocarril y el telégrafo, el inicio de los ensanches de Madrid y Barcelona, la realización de los primeros ensayos de alumbrado eléctrico, la difusión de la fotografía, la creación del Canal de Isabel II en 1851, la fundación del Banco de España en 1856 y el incremento del tejido industrial y minero del país, fueron algunos de los logros de este periodo. Avances que también se extendieron al mundo de la cultura con la inauguración del Teatro Real de Madrid en 1850, la ampliación de las colecciones del Museo del Prado en 1865 y la fundación de centros de enseñanza de distinto grado y de la actual sede de la Biblioteca Nacional de España, de la que la Reina puso la primera piedra el 21 de abril de 1866. 

La última fase del reinado de Isabel II estuvo presidida por el desarrollo de la política exterior de “prestigio” alentada por el general Leopoldo O’Donnell, que cristalizó en la primera Guerra de Marruecos (1859-1860), entre otros conflictos; por la crisis económica y el creciente malestar social; y por la oposición al régimen isabelino de progresistas, republicanos y demócratas, conjurados contra la Soberana en el conocido como “Pacto de Ostende” (suscrito el 16 de agosto de 1866), al que se sumaron algunos sectores de los partidos Unión Liberal y moderado tras las muertes sucesivas de sus respectivos líderes, los generales Leopoldo O’Donnell y Ramón Narváez. Destronada a raíz de la Revolución de septiembre de 1868, Isabel II se exilió en París, en el que bautizó como Palacio de Castilla. Dos años después, el 25 de junio de 1870, la Reina renunció a sus derechos dinásticos en la persona de su hijo, el Príncipe Alfonso, futuro Alfonso XII. La Soberana, que nunca volvió a residir de manera permanente en España, falleció en la capital francesa el 9 de abril de 1904. Los restos de Isabel II descansan en el Panteón de Reyes del Monasterio de El Escorial. 

Fuente: Real Academia de la Historia (https://www.rah.es)