Las nupcias aldobrandinas
1790-1800
Este abanico de pequeño formato presenta una fuente de escaso desarrollo de plata sobredorada, calada con troquel y decorada con motivos de candelieri vegetal y estrellas, extendiéndose sobre las guardas. En el dorso se aprecia el punzón del platero y la marca del contraste, con los símbolos de una hoja de helecho y una flor inscrita en perfil de lágrima. Las varillas se unen en un clavillo con remache de plata y engaste de turquesa.
El país doble de piel de vitela está pintado al temple y aguada con una escena clásica dentro de una gran cartela rectangular. Por sus dimensiones, se aproxima a la tipología de abanicos «imperceptibles», que alcanzaron un gran éxito durante el estilo imperio de las primeras décadas del siglo XIX, para adaptarse al bolsillo retícula que portaban las mujeres.
El esquema compositivo general se asemeja a las decoraciones murales de las mansiones neoclásicas, perfectamente demarcadas en cartelas y recuadros geométricos, tal como se sugería en los repertorios ornamentales que circularon en la época. Destaca en el centro una escena que se presumía de boda romana, copiando la pintura mural conocida como las «Nupcias Aldobrandinas». Actualmente se considera que describe los intentos de Fedra por seducir a su hijastro Hipólito, al ser inducida por Venus. La madrastra desviste a su pareja en el tálamo conyugal, mientras la bella Venus bendice la unión humedeciendo un pañuelo con el hisopo sobre el altar del Amor. Junto a los amantes incestuosos aparece recostado el dios Baco, y algo distanciados varios grupos de sacerdotes y vestales realizando presuntos ritos de purificación con agua, o tocando la lira. La escena se enmarca con triángulos curvilíneos y fajas de ornamentación de estilo pompeyano. Contienen roleos, hojas y ramas de laurel, grutescos de cisnes simbólicos del amor y orlas de motivos florales ―ramilletes y tulipanes―, sobre fondo ocre «a la etrusca».
La pintura mural que sirve de inspiración fue descubierta en 1605 en la colina del Esquilino de Roma. Pronto fue separada y trasladada al jardín de la villa del cardenal Pietro Aldobrandini. Desde 1818 se encuentra en los Museos Vaticanos. En Italia y otros lugares fue copiada y grabada en numerosas ocasiones en los siglos XVII y XVIII. El contenido del país es bastante común entre los abanicos del «Grand Tour», fabricados en las ciudades italianas como recuerdo de viajeros y eruditos que acudían a conocer los restos de la Antigüedad romana. El mismo asunto está reproducido en otro abanico de la Colección Real Inglesa (nº inv. 25364). La referencia nupcial es obvia, por lo que pudo ofrecerse como regalo de bodas, tanto para la mujer como para el marido.