Maqueta del Monasterio de El Escorial
1832
Esta maqueta —en madera policromada y apliques de hilo metálico en torres y elementos vegetales— fue realizada, por orden de Fernando VII, por el ingeniero León Gil de Palacio, quien la comenzó a construir en torno a 1832 y la terminó ya tras la muerte del rey. Los modelos del Palacio Real de Madrid y de algunos de los reales sitios, como El Escorial, Casa de Campo o Aranjuez, se encargaron después de otro de la ciudad de Madrid, que tuvo gran éxito. Se destinaban al Real Gabinete Topográfico, vinculado con la Real Academia de San Fernando y situado en el Casón del Buen Retiro.
En ella se puede entender la complejidad del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, fundación de Felipe II como Panteón de la Casa de Austria desde su padre el emperador Carlos V. A esa función funeraria se subordinan las demás: una gran basílica en el centro del edificio; el monasterio para que habitara la comunidad religiosa jerónima que se ocupaba del culto, con el Patio de los Evangelistas; una magnífica biblioteca sobre la fachada principal, y el colegio cerrando el cuadrilátero del monasterio, enmarcado en cuatro torres cubiertas con sus característicos chapiteles de pizarra. La maqueta también recoge parte de los jardines, especialmente el monástico, con la renacentista arquitectura de la Galería de Convalecientes junto a la Torre de la Botica. Entre la Torre de Damas y la Torre del Prior se extiende el Palacio de los Reyes en torno al Patio de Mascarones. A la mitad de altura respecto a la mole del monasterio, y con sus jardines privados, sigue la tradición de aposentos reales adosados a monasterios. Su arquitectura reúne elementos tomados de Italia junto a soluciones flamencas para las cubiertas, lo que lo hace único en el mundo. En esta maqueta se pueden ver algunos detalles curiosos, como los paseaderos de granito de la lonja con cuadriláteros de arena que se mantuvieron hasta bien entrado el siglo XX, cuando se optó por un pavimento íntegramente enlosado de granito.