Puerta
1750-1775
Si hablamos de los talleres de la madera encargados de ultimar el Palacio Real Nuevo debemos hacer obligada referencia al taller de puertaventanería, creado para realizar los cerramientos de vanos exteriores e interiores del edificio. A la cabeza de esta empresa, estudiada por investigadores como Ángel López Castán o Antonio Sánchez Casado, se situó el ebanista Mateo Medina, a quien se atribuye el diseño de este fragmento de puerta. De mano del propio Medina se conservan en el Archivo General de Palacio varios dibujos para la realización de estos cerramientos, entre los cuales se expone en la Galería de las Colecciones Reales aquel en el que se indica el tipo de madera que había de emplearse en cada una de las partes, a saber, caoba, acebo y nogal.
Este fragmento superior de puerta fue realizado durante el reinado de Fernando VI, monarca que llevó a término el Palacio Real, a pesar de no llegar nunca a habitarlo. Durante su reinado se asentó el España el pleno rococó, estilo que se deja ver en los motivos de rocalla tallados que rellenan los espacios geométricos en que se articula el frente de la puerta. Los distintos elementos quedan marcados gracias a las molduras de madera de acebo, cuyo color ocre crea un interesante contraste cromático que divide visualmente el frontal de esta pieza.
Estas puertas tuvieron poco recorrido. Tras la muerte del rey en 1759 y la subida de Carlos III al trono, estos elementos fueron desechados por el nuevo monarca al considerarlos de un gusto excesivamente recargado. Fue entonces cuando se realizaron las actuales puertas del Palacio Real, en madera de caoba moldada y de articulación más sencilla. Las puertas de Medina se almacenaron y distribuyeron, posteriormente, entre otros reales sitios y patronatos, destacando la Iglesia del Buen Suceso, donde actualmente se conservan algunos fragmentos similares.