Reloj de sobremesa
Hacia 1757
El rey Fernando VI adquirió una de las primeras parejas de relojes de sobremesa de las cortes europeas al relojero inglés John Ellicott hacia 1757. Estas obras estaban dotadas de todos los adelantos técnicos alcanzados por los expertos ingleses tras años de estudio y experimentos. Ambos se complementan porque uno representa en la fachada principal el globo celeste y, el otro, el globo terrestre.
Las cajas de madera de ébano están adornadas con ricas molduras y aplicaciones de bronce dorado. En la fachada del ejemplar conservado en Patrimonio Nacional se aprecian seis esferas. En la parte superior, luce un disco de plata con el mapamundi grabado y marca la hora universal en un dial de 24 horas. Debajo, una esfera indica el calendario de días y meses, el calendario solar, el lunar, las fases del Zodiaco, adelanto y atraso del Sol y la firma del autor: «Ellicott / LONDON». Una esfera pequeña, en el lado derecho, muestra la hora actual en cifras romanas y los minutos en números arábigos. Debajo de ésta, un dial sirve para cambiar la sonería. Otra esfera, en el lado izquierdo, hace las funciones de segundero y, debajo de ella, una más pequeña, es el silenciador de sonería. Todas estas esferas están fabricadas en metal esmaltado de color blanco.
La máquina, obra maestra de la relojería inglesa, está ubicada entre gruesas platinas o planchas metálicas doradas, que protegen la maquinaria por los laterales, una de ellas grabada a buril y firmada por el autor: «John Ellicott / London». Esta máquina dispone de un tren de movimiento con motor de resorte, tracción por caracol y cadena, escape de áncora y péndulo. El tren de la sonería es de horas y cuartos. Para la sonería, un cilindro de púas con doce sonatas diferentes y un carillón de doce campanas completan la maquinaria.
En la testamentaría del rey Carlos III se mencionan ambos relojes en el palacio madrileño. Continuaban juntos en 1834, fecha en que se redactó la testamentaría del rey Fernando VII. El esposo de la reina Isabel II, Francisco de Asís de Borbón, se retrató con uno de los relojes –hoy conservado en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología- en el Salón del Trono del Palacio Real de Madrid. El retrato, firmado por Bernardo López Piquer, se conserva en el Real Alcázar de Sevilla.