Silla de manos de María Luisa de Parma, reina de España
1795
LLas sillas de manos constituyen un tipo de vehículo suntuario, que conoció su apogeo entre los siglos XVII y XVIII. Se utilizaron principalmente para el transporte de mujeres, clérigos y enfermos, para cubrir distancias cortas o para salvar obstáculos en caminos difíciles de transitar. Su estructura era simple, compuesta por una caja con forma de cabina con puerta frontal, y de los varales para que dos o cuatro mozos de silla pudieran cargarla, ayudándose de correas de cuero que se colgaban al hombro.
Esta silla fue un encargo destinado a la reina María Luisa de Parma (1751-1819) para su empleo en el Real Sitio de El Escorial y fue la última realizada para la Casa Real española. Su ejecución alcanzó la considerable suma de 190 000 reales.
Su autor fue el maestro de coches Antonio Durán y Calderón, que estuvo al servicio de la Real Caballeriza desde 1790 y dirigió la conocida como Fábrica de Coches de Su Majestad, también llamada del Buen Retiro o de Lavapiés, hasta su fallecimiento en 1804.
El diseño responde al estilo neoclásico y la forma reproduce la denominada «hechura de berlina», en la que la caja rectangular describe una curva en la zona inferior trasera. Las varas, embutidas en la caja, permiten apreciar los paneles laterales, decorados con una cuidada labor de marquetería realizada en los talleres reales. En cada uno de sus lados presenta óvalos de metal dorado con asuntos mitológicos. Está rematada con una diadema de bronce y al pie, en la parte posterior, dos esfinges talladas en madera dorada sirven de apoyo a la silla.
Las ventanas se cierran con vidrios, dos en los laterales y uno en el frente, deslizables arriba y abajo por medio de una cinta. Originalmente, el interior estaba guarnecido «al estilo del día», con un galón de seda bordado imitando la taracea de los paneles exteriores. Más tarde, en 1816, fue tapizada adquiriendo su aspecto actual en el taller del maestro de coches de la Real Casa, Fernando Rodríguez. Para reconstruir el interior, se empleó terciopelo naranja con galones de plata terminados en flecos y se dispusieron las cortinas adoseladas de raso blanco.