Terno de san Lorenzo
1570-1572
El Obrador de Bordados se estableció en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial por voluntad expresa de Felipe II, con el objeto de realizar los ornamentos necesarios para la celebración de las diferentes ceremonias litúrgicas con el máximo esplendor.
En 1569, el Obrador comenzó sus trabajos estando todavía situado en el llamado «Monasterio de prestado». Su primera etapa terminó en 1576, cuando muere fray Lorenzo de Montserrat, quien había dirigido este singular taller a petición del rey. Felipe II ordenó que se prosiguieran las obras que había dejado inconclusas y dictó nuevas instrucciones. Este segundo periodo del Obrador abarcó hasta la muerte del monarca en 1598 y fue la época de mayor actividad. El rey quiso que hubiera un maestro bordador, con el título de superintendente. Este maestro hacía los patrones o modelos de las obras que el monarca encargara. Debía, además, buscar los oficiales que fuera preciso y asignaba los trabajos según las habilidades de cada uno. La parte administrativa estuvo a cargo de un religioso que, elegido por el prior, llevaba las cuentas del Obrador y estaba en permanente comunicación con el Guardajoyas del Rey.
El Guardajoyas proveía tanto de ricos tejidos -como telas de oro y tafetanes de Florencia, terciopelos de Toledo y Granada, damascos de Granada y Valencia- como de materiales -hilos de oro y plata hilados de Milán, calabazuelas para los cordones y algodón cardado que se utilizaba para los embutidos del bordado. Es decir, que se encargaba de la provisión de todos los materiales necesarios para la realización de las obras.
Uno de los primeros trabajos de este singular taller de bordado fue el «Terno de san Lorenzo», que se entregó al Monasterio antes de 1572. De todo este conjunto, descrito por el padre Sigüenza a principios del siglo XVII, se conservan una capa pluvial con su capillo, dos dalmáticas con sus collares, una casulla, un paño de hombros, una manga de cruz y dos caídas de altar. En concreto, la dalmática es la prenda propia del diácono, usada sobre el alba. El terno fue realizado para usarse en las fiestas del santo patrón escurialense, motivo por el que fue confeccionado en color rojo. Debido a la vinculación entre el rojo y la sangre, este color está relacionado con el Viernes Santo, el Domingo de Pasión, el Domingo de Pentecostés, las celebraciones de la Pasión del Señor y las fiestas de las muertes de evangelistas y apóstoles, además de los mártires, como lo fue el propio san Lorenzo, a quien Felipe II quiso dedicar su insigne edificación, que habría de servir como palacio, monasterio y panteón regio.