Toro Farnesio
Fechado en 1617
Reproduce el grupo original en mármol blanco que se encontró junto a las Termas de Caracalla, en Roma, en 1545, bajo el pontificado de Paulo III (perteneciente a la familia Farnesio). Dicho grupo se trasladó al Palacio Farnesio —de donde viene su nombre— y, más tarde, al Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
La composición es extremadamente compleja y, en el original en mármol —de gran tamaño por sus 3,70 metros de altura— no se puede apreciar el conjunto completo desde un único punto, sino que es preciso rodearlo. Sin embargo, esto se soluciona con sus réplicas reducidas, razón de la aceptación y el valor que alcanzaron las reproducciones a pequeña escala, sobre todo en bronce, desde el siglo XVI al XIX.
Susini, discípulo de Giambologna, llegó a fundir hasta cinco ejemplares de esta composición. Los conservados en el Museo del Hermitage de San Petersburgo y en la Galería Borghese de Roma se hallan fechados en 1613 y firmados por Susini; existe otro en la Galería Corsini, también en Roma, en este caso sin firmar y fechado en 1616. El ejemplar de Patrimonio Nacional incluye una inscripción con la firma y la fecha bajo los pies del joven que sujeta la cuerda: «ANTii SVSINII FLORi OPVS / A. D. MDCXVII».
En los inventarios del Alcázar de Madrid de 1666 y 1686 se localiza en la sala junto a la galería del Cierzo, mientras que en 1700 había pasado a la sala «del Hermafrodita», junto a magníficos bronces de otros artistas, como el propio «Hermafrodita» y la «Venus de la Concha», de Mateo Bonuccelli, o «La caza de Meleagro», de Giovanni di Benedetto Bandini, los cuales se conservan actualmente en el Museo del Prado.
Con frecuencia, este tipo de bronces pequeños estaban colocados sobre peanas de madera, generalmente de ébano, e incluso con incrustaciones de piedras duras y bronces, que aumentaban el valor de la pieza. Muchas han perdido esta peana, como ocurre con este bronce, en cuya base se pueden ver aún cuatro orificios para sujetarla mediante tornillos. También ha perdido la figura del perro, que sí aparece en el original en mármol y en las versiones citadas anteriormente.
En el Inventario de 1734 de los bienes del rey Felipe V, hijo del Gran Delfín, se describe otro grupo del toro con rica peana, y durante el reinado de Carlos IV la colección de pequeños bronces se incrementó con un nuevo grupo del «Toro Farnesio».