Vista diurna del Vesubio en erupción
1761
Esta panorámica, y su pareja (inv. 10022981), reflejan con detalle y fidelidad topográfica el momento de máximo apogeo de una erupción del monte Vesubio, del tipo «explosiva-efusiva» o «mixta», que comenzó el martes 23 de diciembre de 1760 y terminó dos semanas después, el lunes 5 de enero de 1761. Se sabe que produjo daños por valor de trescientos mil escudos napolitanos, al decir de Gaetano de Bottis, autor de un estudio sobre este fenómeno que «merita senza dubbio di esser annoverato tra le cose più memorabili del nostro secolo» («Ragionamento istorico intorno a’ nuovi vulcani comparsi nella fine dell’anno scorso 1760. nel Territorio della Torre del Greco», Nápoles, Nella Stamperia Simoniana, 1761, p. 9). Según el sacerdote, la erupción vino precedida por una fuerte actividad sísmica, temblores de tierra y una insólita agitación del mar.
Se representa el volcán y los conos de escoria humeantes, formados a lo largo de una fractura en la vertiente meridional y muy activos con la expulsión de lapilli y la emisión de gases y vapores tóxicos. De esos pequeños cráteres nace el río de lava que avanza por los viñedos hacia el mar, que no llegó a alcanzar tras rebasar la recta «strada regia» entre Torre del Greco y Torre Annunziata. Entre las casas de campo de esa travesía amenazadas por la lava estaba la Villa Angelica ―Palazzo Salvatore―, habitada pocos años después por sir William Hamilton, conocido coleccionista.
La panorámica diurna es muy descriptiva en todos sus pormenores y permite ver a la izquierda la colina dei Camaldoli, con el monasterio eremítico en la cima, y a la derecha, algo más alejada, llega a vislumbrarse entre los vapores la colina delle Mortelle. La vista a vuelo de pájaro permite hacerse una idea cabal de la verdadera magnitud de la erupción.
Se conoce una réplica de menor tamaño (Milán, colección Simeoni), y también disponemos del grabado de Filippo Morghen, que reproduce un dibujo semejante del propio Joli, estampa que tiene al pie una larga leyenda: «Veduta della nuova Eruzione dalle falde del Vesuvio fra li Camaldoli e li Mortellari, cominciata il dì 23. Xbre. 1760 […]». El mismo Morghen había grabado erupciones anteriores del Vesubio.
Estos dos cuadros de Patrimonio Nacional fueron registrados en 1769 en el Palacio Real de Aranjuez por Antonio Ponz en el primer tomo de su «Viage de España», editado tres años después, en 1772: «Hay tambien varias vistas de Nápoles, y de sus contornos, con una [sic] que representa el Vesubio arrojando llamas, de mano de D. Antonio Yole, Pintor Lombardo, que sirvió al Sr. Fernando VI en las scenas de los teatros, y hoy reside en Nápoles» (p. 240, nota 1). Ambas pinturas, históricamente vinculadas al Palacio Real de Aranjuez, se han incorporado a la Galería para formar parte de su exposición.