Calzón
1775-1800
Este calzón, junto con sus correspondientes casaca y chaleco, forma parte del traje —conservado actualmente en las colecciones de Patrimonio Nacional tras ser adquirido en 2010—, que perteneció a Ignacio Lacaba Vila, quien fuera cirujano de cámara del rey Carlos IV. Por sus características formales y motivos decorativos se trata de un ejemplo destacable del traje a la francesa, que determinará la etiqueta masculina en la mayor parte de cortes europeas durante el siglo XVIII.
Al igual que el resto de los componentes de este tipo de trajes, el calzón irá evolucionando a lo largo del tiempo, siendo estrecho y hasta la rodilla a finales del siglo XVIII, como podemos ver en este caso. Más adelante, durante el primer tercio del siglo XIX, será sustituido por los pantalones, más anchos y largos, que se convertirán en uno de los elementos característicos del traje de estilo burgués que dominará la indumentaria masculina el resto de esta centuria.
No obstante, el uso de calzón hasta la rodilla se seguirá manteniendo en ciertos ámbitos. Será principalmente en la uniformidad militar, especialmente de gala y media gala, así como en la uniformidad del servicio cortesano, donde más se mantendrá la utilización de este tipo de prenda hasta nuestros días, destacando ejemplos como los uniformes empleados en las Caballerizas Reales durante el reinado de Alfonso XIII.
Realizado en terciopelo labrado miniatura de color marrón chocolate, este calzón cubre desde la cintura hasta las rodillas, donde cierra con una fila de botones y tirilla abotonada. Presenta una cinturilla alta que cierra con lengüeta y botón en su trasera y botones forrados al frente, en la que se han incluido dos pequeños bolsillos con solapa rectangular en el delantero y botones dorados que servían para fijar los tirantes. Su decoración, menos abundante respecto a la de las demás prendas del conjunto, incluye bordados al matiz que representan tallos, hojas de campanilla y flores en tonos rosados.