Uso de cookies

La Galería de las Colecciones Reales usa cookies, propias y de terceros, con finalidad principalmente técnica y necesaria para prestación de nuestros servicios y mostrarles contenido relevante. Más información en nuestra política de cookies. Política de cookies.

ACEPTA para confirmar que has leído la información y aceptado su instalación. Puedes modificar la configuración de tu navegador.

Victoria Eugenia de Battenberg, nieta de la reina Victoria de Inglaterra, pisó por primera vez España para sellar su compromiso con el rey Alfonso XIII en enero de 1906. Apenas cuatro meses después se convertía en reina.

Gracias a la disciplina asumida durante su educación británica, se adaptó con rigor a las exigencias que conllevaba su nuevo rango, permaneció siempre leal al rey y a la Corona y aseguró la sucesión, pues fue madre de siete hijos.

Victoria Eugenia modernizó el rol de reina consorte, que mantuvo hasta el 15 de abril de 1931, fecha de su exilio. Después, solo regresó a España en una ocasión: el bautizo de su bisnieto, el hoy rey Felipe VI, en 1968.

Esta exposición realiza un acercamiento a la figura de la reina y rinde tributo a su contribución a la sociedad española. Se reflexiona sobre su infancia en la corte inglesa, su noviazgo y matrimonio, su imagen pública como monarca consorte y su posición de madre, y se realiza una semblanza de su personalidad íntima. Pero el foco de la exposición se proyecta, sobre todo, sobre su labor transformadora en la corte española, su papel oficial, su impulso a las causas benéficas y su intensa actividad pública, que fue la clave de su popularidad.

Comprar entradas
  • Horario

    De lunes a sábados de 10:00 a 20:00 h. Domingos y festivos de 10:00 a 19:00 h.

  • Folleto Victoria Eugenia

  • Acceso

    Plaza de la Armería. Los grupos accederán por la entrada de Cuesta de la Vega

  • Tarifas

    • Tarifa básica (Galería+exposición temporal) 14€

    • Tarifa exclusiva (solo exposición temporal) 8€

Años británicos

Victoria Eugenia (1887-1969) nació en el castillo de Balmoral (Escocia, Reino Unido) el 24 de octubre de 1887. Fue bautizada con los nombres de Victoria, por su abuela materna, la reina de Inglaterra (1819-1901); Eugenia, por su madrina, la emperatriz de Francia, Eugenia de Montijo (1826-1920); Julia, por su abuela paterna, la condesa polaca Julia Hauke (1825-1895); y Eva, en lugar de Ena, nombre gaélico con el que fue familiarmente conocida.

Segunda de los cuatro hijos del príncipe Enrique de Battenberg (1858-1896) y de la princesa Beatriz de Gran Bretaña e Irlanda (1857-1944), sus primeros años estuvieron ligados a la corte, donde su madre ejercía de secretaria de la reina. Esta situación condicionó su vida y la de sus hermanos Alejandro (1886-1960), Leopoldo (1889-1922) y Mauricio (1891-1914), quienes recibieron una estricta educación, que les inculcó la importancia del estudio y la disciplina.

Durante su infancia, truncada por la muerte de su padre en 1896, Victoria Eugenia residió en los castillos de Windsor y Balmoral, en el palacio de Buckingham y en Osborne House. Tras el fallecimiento de la reina Victoria en 1901, su madre fijó su residencia en el palacio de Kensington, lo que facilitó su frecuencia en la corte de Eduardo VII (1841-1910) y su presentación en sociedad en 1905.

Una boda trágica

El 24 de mayo de 1906 Victoria Eugenia salió del palacio de Kensington (Londres, Reino Unido) para contraer matrimonio con el rey Alfonso XIII (1886-1941), quien la esperó en Irún y la acompañó en tren hasta la estación de El Plantío (Madrid), donde la recibió su futura suegra, la reina María Cristina de Habsburgo (1858-1929). 

Hasta la celebración de la boda, Victoria Eugenia se alojó en el palacio de El Pardo, donde se leyeron las capitulaciones matrimoniales y tuvieron lugar las recepciones previas al enlace.

A la ceremonia asistieron reyes, príncipes y representantes oficiales de todo el mundo y una numerosa prensa española y extranjera, que ofreció amplios reportajes y cuyo material aún se conserva.

Concluido el acto, los reyes se dirigieron al Palacio Real de Madrid. En el camino, el cortejo fue violentamente interrumpido en la calle Mayor por el intento de regicidio causado por el anarquista Mateo Morral (1879-1906), que provocó numerosos heridos y víctimas mortales.

Esta dramática forma de dar comienzo a su reinado, recordada por Victoria Eugenia hasta el final de sus días, fue interpretada por muchos como un mal augurio.

Victoria Eugenia, de cerca

Desde el siglo XIX las reinas de España ocupaban el ala de San Gil, en el ángulo sureste del Palacio Real de Madrid, que fue objeto de remodelaciones a partir de 1906, para acomodar los cuartos de los reyes. 

Las habitaciones privadas de Victoria Eugenia —Pieza de Recibir, Corbeille, Pieza del Té, Biblioteca, Salón de Música, Despacho, Dormitorio, Cuarto de baño y Tocador—, que se pretende evocar en este ámbito, eran contiguas a las estancias del rey.

Tapizadas con sedas de tonos pastel, Victoria Eugenia decidió decorar sus salones privados con muebles de carácter histórico, que combinó con objetos personales y devocionales, retratos familiares y recuerdos particulares, como el cuadro Seises de la catedral de Sevilla de Gonzalo Bilbao (1860-1938), que evocan jornadas felices en esta ciudad a la que la reina se sintió muy ligada.

La costumbre británica de tomar el té a las 5 de la tarde, que la reina impuso, su tocador, su gusto por la moda y su afición por la música, la fotografía y la lectura de cuya biblioteca se publica ahora su inventario quedan representados en esta sección por varios objetos que acompañaron a la reina en sus espacios más íntimos, y nos dan idea de su personalidad cultivada y detallista.

Madre comprometida

Uno de los cometidos más importantes de Victoria Eugenia como reina fue garantizar la sucesión al trono, que cumplió sobradamente, pues fue madre de siete hijos entre 1907 y 1914. 

Su felicidad maternal se vio, sin embargo, empañada por la frágil salud del heredero, afectado de hemofilia, enfermedad que sufrió también el infante Gonzalo y de la que se libraron sus hermanos; y por la sordomudez del infante Jaime, causada por una operación de oídos.

Victoria Eugenia se encargó personalmente de la crianza y educación de sus hijos, de acuerdo con los parámetros en los que ella había sido enseñada. Los aficionó a la lectura y a la práctica del deporte y el ejercicio físico al aire libre, especialmente en los jardines del Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, en Segovia, y del Palacio de la Magdalena, en Santander.

En el Palacio Real de Madrid, las habitaciones infantiles se dispusieron en el entresuelo del ala de San Gil, comunicadas con los aposentos de los reyes por un ascensor eléctrico y dotadas de una decoración sencilla, pero muy personal, que todavía se conserva en la actualidad.

Galería de retratos

Victoria Eugenia posó a lo largo de su reinado para grandes artistas españoles y extranjeros que, a través de sus diferentes visiones, dibujan un perfil poliédrico de la reina. Algunos como Joaquín Sorolla (1863-1923) y Ricard Canals (1876-1931) optaron por enfoques valientes e innovadores, ausentes de símbolos, que valoraron más la belleza de la monarca que su condición real. Joaquín Sorolla, quien la representó en cuatro ocasiones, optó en una de ellas (1907) por pintarla con abanico y mantilla, en un retrato fresco, que no gustó a la familia real británica.

Otros, como Philip Alexius László de Lombos (1869-1937), quien también la representó en diferentes ocasiones, exaltaron su condición regia y elegante. Esta misma estela de distinción es seguida por Bernhard Österman (1870-1938), al plasmarla con aderezo de esmeraldas, o por Félix Mestres (1872-1933), en su retrato inspirado en la obra del fotógrafo Franzen (1863-1923).

La condición iconográfica del retrato regio fue la elegida por autores como Luis Menéndez Pidal (1861-1932) y Fernando Álvarez de Sotomayor (1875-1960), en representaciones de cuerpo entero, en interiores o exteriores del Palacio Real de Madrid.

También los escultores se interesaron por la representación de Victoria Eugenia, y destacan entre todas sus efigies los bustos creados por Mariano Benlliure (1862-1947), en mármol (1916) y bronce (1922). 

Su majestad, la Reina

Victoria Eugenia hizo gala de un fuerte sentido dinástico y mostró siempre su compromiso con el rey y con España. Habitualmente acompañaba al rey a ceremonias oficiales, como a la Apertura de Cortes, a la que acudía ataviada con los atributos regios con los que fue representada por Franzen (1863-1923) y Fernando Álvarez de Sotomayor (1875-1960).

También realizó con Alfonso XIII numerosos viajes por España, principal instrumento de conexión de los reyes con el pueblo, y asistió a inauguraciones y actos oficiales y militares. Esta incesante actividad representativa fue recogida por reporteros gráficos y artistas como Alfonso Grosso (1893-1983), que reflejó su presencia en la apertura de la Exposición Iberoamericana de 1929 en Sevilla.

Como reina, a pesar de su visión moderna, mantuvo la rígida y jerárquica etiqueta cortesana española; aceptó una corte con damas encargadas de acompañarla dentro y fuera de palacio, por riguroso orden de antigüedad, y asistió a diversas ceremonias palatinas, como las capillas públicas y la toma de almohada.

Una soberana al servicio del pueblo

Victoria Eugenia definió un nuevo papel social para las reinas consortes españolas, aspecto que puede ser considerado su gran aportación a la historia. Encontró un espacio propio en el desarrollo de proyectos filantrópicos, que concernían la salud, el bienestar y la educación, especialmente de mujeres y niños.

Gran parte de la jornada de la reina transcurría en su despacho, desde donde gestionaba con implicación personal las diversas causas en las que estaba, al frente de las cuales colocó a profesionales de su máxima confianza. Además, aprovechando su influencia, constituyó Juntas de Damas, con el fin de recaudar fondos e involucrar en sus proyectos a la alta sociedad y la aristocracia.

Entre los principales proyectos apoyados por Victoria Eugenia destacan la creación de comedores sociales gratuitos, la lucha contra la tuberculosis o la creación de comités de higiene, si bien sobresale, por encima de todas sus causas, su apoyo a la Cruz Roja española. La prensa gráfica de la época dio testimonio de la implicación de la soberana en estas cuestiones.

Esta labor humanitaria fue reconocida con diversas distinciones, como la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia con distintivo blanco, o la Rosa de Oro, el mayor reconocimiento que otorgaba el papa a una reina católica.

Adiós a la Reina

El 14 de abril de 1931, tras la proclamación de la Segunda República española, Alfonso XIII abandonó España voluntariamente, sin abdicación formal.

La reina salió de Madrid, en coche, al día siguiente, iniciando un exilio amargamente sentido. Aunque los reyes se reunieron en París, después tomaron caminos separados, pues su relación personal se había deteriorado.

En 1934, la reina se trasladó a Londres, y luego se instaló en Roma, donde vivían algunos de sus hijos, y donde mantuvo contactos esporádicos con Alfonso XIII.

Tras la muerte del rey en 1941, Victoria Eugenia recuperó el protagonismo perdido, convertida en centro de la familia y representante de la Casa Real española, aunque siempre se mantuvo al margen de cualquier actividad política. En 1942 adquirió Vieille Fontaine, en Lausana (Suiza), donde se instaló definitivamente.

Únicamente regresó una vez a España, en 1968, con motivo del bautizo de su bisnieto, el actual rey Felipe VI, de quien fue madrina. Su presencia, y las cuantiosas muestras de cariño recibidas, supusieron para la reina una especie de rehabilitación simbólica.

Victoria Eugenia falleció en Lausana el 15 de abril de 1969. El 25 de abril de 1985 sus restos fueron trasladados al Panteón de Reyes del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Autores y coleccionistas

Victoria Eugenia de Battenberg
Monarca

Victoria Eugenia de Battenberg

(Castillo de Balmoral (Reino Unido), 1887 - Lausana (Suiza), 1969)

Segunda de los cuatro hijos del Príncipe Enrique de Battenberg (1858-1896) y de la Princesa Beatriz del Reino Unido (1857-1944), Victoria Eugenia de Battenberg fue la menor de las nietas de la Reina Victoria I de Inglaterra (1819-1901). Su educación transcurrió en la corte británica durante los últimos años del reinado de su abuela. Conocida familiarmente como Ena, por el último de los nombres que recibió en la pila bautismal, conoció a Alfonso XIII (1886-1941) durante la visita de Estado que éste realizó a Inglaterra en junio de 1905. Meses después, en enero de 1906, se anunció oficialmente su compromiso con el Rey. Poco antes del enlace, Victoria Eugenia de Battenberg abjuró de su fe anglicana y se convirtió al catolicismo....

Leer más
Alfonso XIII
Monarca

Alfonso XIII

(Madrid, 1886 - Roma (Italia), 1941)

Último de los tres hijos de Alfonso XII (1857-1885) y de su segunda esposa, la Archiduquesa María Cristina de Habsburgo-Lorena (1858-1929), Alfonso XIII nació Rey después del fallecimiento de su padre el 25 de noviembre de 1885. Su madre, la Reina María Cristina, ejerció la Regencia de España hasta 1902. La educación del Rey niño fue supervisada por el general Sanchiz y estuvo a cargo entre otros del Padre jesuita José Fernández Montaña y del prestigioso jurista Vicente Santamaría Paredes, que fue su profesor de Derecho Constitucional. El Monarca fue proclamado mayor de edad tras jurar la Constitución el 17 de mayo de 1902.El matrimonio de Alfonso XIII con la Princesa Victoria Eugenia de Battenberg (1887-1969), nieta de la...

Leer más

Organiza: Patrimonio Nacional

Patrocina: Fundación Banco Santander

Comisarias: Arantxa Domingo Malvadi y Reyes Utrera Gómez

Prestadores y colaboradores: Archivo ABC; Archivo Histórico de la Nobleza; Archivo Villalobar; Ayuntamiento de Santander; Casa Palacio de la Duquesa de Lebrija; Colección del Senado; Colecciones particulares; Cruz Roja Española; Duquesa de Montellano-Marquesa de Mirabel; Fundación Álvaro de Bazán; Fundación Kutxabank Juan Miguel Sánchez Vigil; Museo Carmen Thyssen, Barcelona; Museo del Traje CIPE; Museo Nacional del Prado; Museo Sorolla; Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona; National Portrait Gallery; Ricardo Mateos; Royal Collection Trust

Diseño museográfico: Polo Sequeros MIR Arquitectos

Montaje museográfico: SIT Museografía

Transporte: TTI, Feltrero

Seguros: Axa, Esartedeleitosa

Logo Fundación Santander