Cargando...
Biografía
Último de los tres hijos de Alfonso XII (1857-1885) y de su segunda esposa, la Archiduquesa María Cristina de Habsburgo-Lorena (1858-1929), Alfonso XIII nació Rey después del fallecimiento de su padre el 25 de noviembre de 1885. Su madre, la Reina María Cristina, ejerció la Regencia de España hasta 1902. La educación del Rey niño fue supervisada por el general Sanchiz y estuvo a cargo entre otros del Padre jesuita José Fernández Montaña y del prestigioso jurista Vicente Santamaría Paredes, que fue su profesor de Derecho Constitucional. El Monarca fue proclamado mayor de edad tras jurar la Constitución el 17 de mayo de 1902.
El matrimonio de Alfonso XIII con la Princesa Victoria Eugenia de Battenberg (1887-1969), nieta de la Reina Victoria I de Inglaterra, se celebró el 31 de mayo de 1906 en la madrileña Iglesia de San Jerónimo el Real. Los Reyes tuvieron seis hijos: el Príncipe Alfonso (1907-1938) y el Infante Jaime (1908-1975), que renunciaron a sus derechos sucesorios en 1933; la Infanta Beatriz (1909-2002), Princesa de Civitella-Cesi al casarse con el V príncipe Alessandro Torlonia (1935-1986); la Infanta María Cristina (1911-1996), Condesa Marone como esposa de Enrico Eugenio Antonio Marone-Cinzano (1940-1968); Don Juan de Borbón (1913-1993), Conde de Barcelona y sucesor de su padre como jefe de la Casa Real española, y el Infante Gonzalo (1914-1934).
El primer lustro del reinado de Alfonso XIII se caracterizó por la inestabilidad política derivada de la crisis interna en los dos grandes partidos dinásticos, solventada en 1907 cuando Antonio Maura y Segismundo Moret se hicieron con el liderazgo de conservadores y liberales respectivamente. En el mismo periodo, la proyección exterior del régimen español fue más brillante. Las visitas de Estado realizadas por el Rey a Francia e Inglaterra, así como la concesión a España de una zona de influencia en Marruecos tras la Conferencia de Algeciras (16 de enero-7 de abril de 1906), contribuyeron a mejorar la imagen internacional del país tras la crisis de 1898.
Los siguientes cinco años del reinado (1907-1912) bascularon entre la conflictividad social, agravada por la respuesta del gobierno conservador de Antonio Maura a los sucesos de la “Semana Trágica de Barcelona” (26 de julio-2 de agosto de 1909), y el regeneracionismo y la mayor democratización política alentados por el líder liberal José Canalejas hasta su asesinato, el 12 de noviembre de 1912. Menos de dos años después, en julio de 1914, estalló la primera Guerra Mundial. A lo largo del conflicto, en el que España se declaró neutral, el país experimentó un importante desarrollo económico que influyó decisivamente en su modernización. En esta coyuntura es de destacar asimismo la labor humanitaria desarrollada por Alfonso XIII en favor de los prisioneros de guerra de ambos bandos, que le valió un amplio reconocimiento internacional.
El final de la primera Guerra Mundial en noviembre de 1918 tuvo profundas consecuencias para España. La recesión económica que afectó al país tras el cese de las hostilidades incrementó el malestar social en un contexto internacional condicionado, además, por el estallido de la Revolución Rusa de 1917 y el temor a la expansión del bolchevismo. Con el fin de hacer frente a estos problemas, Alfonso XIII recurrió a la formación de “gobiernos de concentración” tras el asesinato del entonces líder conservador Eduardo Dato, el 8 de marzo de 1921.
Los comienzos de la década de 1920 evidenciaron el agotamiento del sistema político de la Restauración y las dificultades de España para controlar la zona de influencia en Marruecos que las potencias internacionales le reconocieron en 1906. El “problema marroquí”, que cristalizó en la catástrofe española en Annual el 22 de julio 1921, generó una efervescencia social y unas dificultades de gobernabilidad que desembocaron en el golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera entre el 13 y el 15 de septiembre de 1923. La Dictadura de Primo de Rivera, que puso fin a la Guerra de Marruecos tras el éxito del desembarco de Alhucemas el 8 de septiembre de 1925, se prolongó hasta la dimisión del general el 28 de enero de 1930. En un contexto condicionado por la inestabilidad política, la conflictividad social y los efectos de la crisis económica mundial de 1929, Alfonso XIII trató de reactivar sin éxito el orden constitucional mediante la forja de nuevos “gobiernos de concentración”, el último de los cuales estuvo presidido por el almirante Juan Bautista Aznar-Cabañas.
Después de conocer los resultados de las elecciones municipales del 12 abril de 1931, interpretadas por republicanos, socialistas e incluso líderes políticos afines al régimen como un referéndum a la Monarquía, Alfonso XIII decidió abandonar España el 14 de abril de 1931, el mismo día en que se proclamaba la República, con el fin de evitar un posible derramamiento de sangre. Exiliado primero en Francia y luego en Roma, donde permaneció durante la Guerra Civil española (1936-1939), el Monarca renunció a sus derechos dinásticos en favor de su hijo, Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona, el 15 de enero de 1941. Alfonso XIII falleció en la capital italiana menos de un mes después, el 28 de febrero de ese mismo año. Enterrado en un principio en la Iglesia de Santa María de Montserrat de los Españoles (Roma), desde 1980 sus restos descansan en el Panteón de Reyes del Monasterio de El Escorial.
Fuente: Real Academia de la Historia (https://www.rah.es)