Sofá
1815-1816
En 1815 la Fábrica de Platería Martínez obtuvo el encargo del Ayuntamiento de Madrid de realizar el juego de tocador de la reina Isabel de Braganza, segunda esposa de Fernando VII. Dicho conjunto, además de los objetos de plata, estaba compuesto por distintas piezas de mobiliario de soporte y asiento, la mayoría de las cuales se conservan aún en la colección de Patrimonio Nacional. Los muebles, documentados por María Soledad García Fernández en 2011, se realizaron en madera de caoba con aplicaciones de bronce dorado siguiendo el estilo fernandino, reinterpretando las formas clásicas del momento y combinándolas con elementos neogóticos que se dejan ver puntualmente en algunas de las piezas.
El tocador de la reina estaba ubicado en aquel momento en una de las salas del ala de poniente del Palacio Real de Madrid, concretamente donde hoy se encuentra el Comedor de Gala. Para la decoración de dicho espacio, además de un grupo de sobrepuertas en grisalla, se realizó el citado mobiliario, en el que trabajaron algunos de los mejores artífices de la época.
El ebanista Mariano Pejón, el broncista Celestino Espinosa y el dorador Luis Pecul fueron los artífices del conjunto de asientos, compuesto por dos sillones y dos sofás, uno de los cuales se exhibe en la Galería de las Colecciones Reales. El soporte de este mueble imita la articulación propia de las patas de la denominada «sella curulis», asiento de la antigua Roma destinado a ciertos cargos políticos o militares que tuvo gran difusión en el mobiliario desde la Edad Moderna. Llama la atención el respaldo, compuesto por una arquería neogótica rematada en copete vuelto. Todo ello está salpicado de aplicaciones de bronce dorado con motivos clásicos, como esfinges, cabezas de Medusa, rosetas o palmetas, repitiéndose estos últimos elementos en la seda que tapiza el asiento.