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Biografía
Sexto de los diez hijos de la Reina Isabel II (1830-1904) y de su esposo, el Rey consorte Francisco de Asís de Borbón (1822-1902), la primera educación del futuro Alfonso XII estuvo a cargo del Marqués de Alcañices, por entonces jefe del Cuarto del Príncipe. En 1865 la dirección de su formación recayó en el Conde de Ezpeleta. Ese mismo año, el general Álvarez Osorio fue designado jefe de Estudios, el Canónigo Cayetano Fernández profesor de religión, materia en la que sería sucedido más tarde por el Arzobispo de Burgos, y Bernardo Uribarri, Isidro Losa y Guillermo Morphy tomaron posesión de los puestos de gentileshombres de cámara.
Después de la Revolución de septiembre de 1868 y del exilio de la familia real en Francia, el Príncipe Alfonso estudió durante un curso en el Colegio Stanislas de París. El 25 de junio de 1870, aconsejada por Juan Bravo Murillo y otros políticos afines a la dinastía borbónica, Isabel II abdicó sus derechos a la Corona en su hijo. En los años siguientes, la formación del Príncipe Alfonso se vio completada con sendas estancias en el Theresianum de Viena, uno de los colegios privados más selectos del Imperio austrohúngaro, y en la Academia Militar de Sandhurst, en Gran Bretaña, a donde ingresó a instancias de Antonio Cánovas del Castillo, líder del movimiento restaurador alfonsino desde 1873. Además de contribuir a su formación intelectual, la educación del futuro Alfonso XII le permitió conocer distintos idiomas (inglés, francés y alemán, junto a su lengua nativa) y le puso en contacto con diferentes formas de gobierno que iban desde el republicanismo francés hasta el parlamentarismo británico, pasando por el autoritarismo monárquico de Austria-Hungría.
Apenas había terminado el Príncipe su formación cuando el pronunciamiento del general Arsenio Martínez Campos en Sagunto, el 29 de diciembre de 1874, desembocó en su proclamación como Rey de España. Alfonso XII iba a encarnar una Monarquía más acorde con el espíritu del último cuarto del siglo XIX. No en vano, en el conocido como “Manifiesto de Sandhurst”, publicado días antes de su proclamación, el todavía Príncipe Alfonso se definió como un “hombre de mi siglo, verdaderamente liberal”.
El reinado de Alfonso XII inauguró un largo periodo de estabilidad política en España que los intentos de pronunciamiento de 1883 no lograron perturbar. Sus inicios fueron alentadores. En 1876 finalizó la tercera Guerra Carlista, en cuya ofensiva final participó el Rey, y, dos años después, la conocida como “Guerra de los Diez Años” en Cuba. Además, la década transcurrida entre 1876 y 1886 supuso una época de auge y expansión económica que propició una mayor tranquilidad social en comparación con otros periodos anteriores. En el plano gubernamental, el régimen de la Restauración se rigió por la Constitución de 1876, que tendría una larga vigencia. Inspirada por Antonio Cánovas del Castillo y redactada por Manuel Alonso Martínez, el contenido del texto constitucional de 1876 se encontraba a medio camino entre la Constitución moderada de 1845 y la democrática de 1869. En lo que concernía a la figura del Monarca, éste no sólo era reconocido como líder supremo del Ejército sino también como el principal árbitro entre los partidos políticos afines al régimen. En este sentido, Alfonso XII garantizó la definitiva implantación en España del “turno de partidos” entre conservadores, liderados por Antonio Cánovas del Castillo, y liberales, encabezados por Práxedes Mateo Sagasta.
Descrito por el diplomático Augusto Conte como un hombre que destacaba por “su bella presencia, la distinción de sus modales, su grande amabilidad y la inteligencia que revelaba en todo cuanto decía”, Alfonso XII fue muy popular entre el pueblo. Interesado en la solución de algunos de los problemas sociales más acuciantes de la España de la época, el Monarca se preocupó por las necesidades de los damnificados por las inundaciones de Murcia (1879) y los terremotos de Andalucía oriental (1884), y visitó personalmente a los aquejados por la grave epidemia de cólera que tuvo lugar en el verano de 1885, a quienes cedió diversas salas del Palacio de Aranjuez para su convalecencia.
Casado con María de las Mercedes de Orleans (1860-1878), Infanta de España, el 23 de enero de 1878, la Reina falleció menos de seis meses después de la boda. El segundo matrimonio de Alfonso XII con la Archiduquesa María Cristina de Habsburgo-Lorena (1858-1929) se celebró un año más tarde, el 29 de noviembre de 1879. Los Reyes tuvieron tres hijos: María de las Mercedes (1880-1904), Princesa de Asturias y, por matrimonio con su primo Carlos de Borbón (1870-1949), también princesa de las Dos Sicilias; la Infanta María Teresa (1882-1912), Princesa de Baviera al casarse con el príncipe Fernando de Baviera (1884-1958), y Alfonso XIII (1886-1941), que nació Rey tras la prematura muerte de su padre, acaecida en Madrid, el 25 noviembre de 1885, a causa de la tuberculosis.
Alfonso XII se encuentra enterrado en el Panteón de Reyes del Monasterio de El Escorial.
Fuente: Real Academia de la Historia (https://www.rah.es)