Segundo hijo de Luis de Borbón (1661-1711), conocido como el Gran Delfín, heredero de la Corona francesa, y de María Ana Cristina Victoria de Baviera (1660-1690), el futuro Felipe V creció en la corte de Versalles durante el reinado de su abuelo, Luis XIV de Francia. Su educación estuvo a cargo de François Fénelon, más tarde Arzobispo de Cambrai. Nieto por vía paterna de la Infanta María Teresa, hija mayor de Felipe IV, ascendió al trono español tras la muerte de Carlos II, quien le designó como su sucesor en su último testamento del 3 de octubre de 1700.
Primer Rey de España perteneciente a la Casa de Borbón, el reinado de Felipe V se desarrolló en dos etapas. La primera abarcó desde noviembre 1700 hasta el 10 de enero de 1724, cuando el Monarca abdicó en su hijo primogénito, Luis I. La segunda se extendió entre el 6 de septiembre de ese mismo año, tras el fallecimiento del Rey Luis a consecuencia de la viruela, y el 9 de julio de 1746, fecha de su propia muerte.
Felipe V casó en dos ocasiones. Su primera esposa fue la Princesa María Luisa Gabriela de Saboya (1688-1714), con la que contrajo matrimonio en Figueras (Gerona), el 3 de noviembre de 1701. La pareja real tuvo cuatro hijos: el futuro Luis I (1707-1724), que reinaría brevemente en 1724; el Infante Felipe (nacido y muerto en 1709); el Infante Felipe Pedro (1712-1719), y Fernando VI (1713-1759), que sucedió a su padre en 1746. Tras el fallecimiento de la Reina María Luisa Gabriela de Saboya el 14 de febrero de 1714, el Rey casó en segundas nupcias en Guadalajara, el 24 de diciembre de ese mismo año, con la Princesa parmesana Isabel Farnesio (1692-1766), con la que tuvo siete hijos más: el futuro Carlos III de España (1716-1788); el Infante Francisco (nacido y muerto en 1717); la Infanta María Ana Victoria (1718-1781), Reina de Portugal por su matrimonio con José I (1714-1777); el Infante Felipe (1720-1765), Duque de Parma; la Infanta María Teresa (1726-1746), Delfina de Francia como esposa de Luis Fernando de Borbón, Delfín de Francia (1729-1765); el Infante Luis Antonio (1727-1785), que sería nombrado Arzobispo de Toledo y Cardenal de la Santa Sede, y la Infanta María Antonia Fernanda (1729-1785), Reina de Cerdeña por su boda con Víctor Amadeo III de Saboya (1726-1796).
Los primeros años del reinado de Felipe V estuvieron condicionados por el estallido de la Guerra de Sucesión española (1701-1714), que enfrentó a Francia y la Monarquía Hispánica con las potencias de la conocida como Gran Alianza de La Haya: Inglaterra, Holanda y el Imperio, a las que se sumaron Portugal y Saboya en 1703. Aunque el origen del conflicto se encontraba en la defensa por parte del Emperador Leopoldo I de los derechos sucesorios de su hijo, el Archiduque Carlos de Austria, en su desarrollo influyeron también factores de tipo político, económico y comercial. En lo que se refiere a España, la Guerra de Sucesión tuvo a su vez una deriva de enfrentamiento civil. En este sentido, si la lealtad a Felipe V de castellanos, navarros y vascos fue prácticamente generalizada, amplios sectores de la sociedad en Valencia, Aragón, Baleares y Cataluña, conocidos como “austracistas”, se inclinaron a favor del Archiduque Carlos, quien en 1705 estableció su corte en Barcelona.
A lo largo de 1713, las potencias europeas, con la única excepción de Austria hasta 1725, reconocieron a Felipe V como Rey de España. No obstante, en virtud de los Tratados de Utrecht-Rastatt (1713-1714), la Monarquía Hispánica hubo de renunciar a los Países Bajos y a los territorios bajo su soberanía en Italia, así como a Gibraltar y Menorca, cedidos a Inglaterra, que también recibió ciertos privilegios comerciales en Ultramar. El final de la Guerra de Sucesión entrañó asimismo la entrada en vigor de los Decretos de Nueva Planta en Valencia, Aragón, Mallorca y Cataluña, que fueron promulgados entre 1707 y 1716 y que planteaban una profunda reforma de los sistemas políticos y administrativos existentes en la Monarquía Hispánica hasta ese momento.
La política exterior española en los años posteriores a 1714 estuvo dictada por el revisionismo de los Tratados de Utrecht-Rastatt y por el interés del gobierno español en reconquistar Menorca, Gibraltar y los territorios italianos cedidos tras la paz. Tales propósitos impulsaron la firma con Francia del primer y segundo “Pacto de Familia”, suscritos el 7 de noviembre de 1733 y el 25 de octubre de 1743 respectivamente, así como la intervención de España en las Guerras de Sucesión polaca (1733-1735) y austriaca (1740-1748). Aunque la recuperación de Menorca y Gibraltar no se materializó, España logró conquistar los Reinos de Nápoles y Sicilia, así como el Ducado de Parma, cedidos a los hijos del Rey, los Infantes Carlos, futuro Carlos III, y Felipe de Borbón. Con anterioridad, el gobierno español había restablecido las relaciones con la Santa Sede mediante la firma de los Concordatos de 1717 y 1737.
En política interior, el reinado de Felipe V se caracterizó por el reformismo y la racionalización administrativa, impulsada mediante la creación de las Secretarías de Estado y del Despacho. Si en un principio los extranjeros, como el francés Juan Orry, el parmesano Cardenal Alberoni o el holandés Juan Guillermo Ripperdá, compartieron el poder con ministros de origen español como José Grimaldo y Melchor de Macanaz, desde finales de la década de 1720 los tecnócratas José Patiño y José del Campillo se convirtieron en las figuras más influyentes del gobierno. Las mejoras en la administración fiscal, la introducción de la figura de los intendentes, la reestructuración del Ejército y la Marina, el estímulo otorgado al desarrollo de la industria, la creación de las Reales Manufacturas y de las Compañías privilegiadas de comercio, o el traslado de la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz (1717), fueron algunas de las medidas adoptadas por los ministros de Felipe V después de la Guerra de Sucesión.
En el ámbito cultural son de destacar asimismo la fundación en 1711 de la Biblioteca Real, germen de la actual Biblioteca Nacional de España; de las Reales Academias Española y de la Historia, en 1714 y 1738 respectivamente; de la Universidad de Cervera en 1717 y de otras instituciones de carácter científico como el Real Colegio de Cirugía de Cádiz, por ejemplo. Amante de las bellas artes, Felipe V fue también mecenas del cantante napolitano Carlos Broschi, conocido como Farinelli, y de los pintores Miguel Jacinto Meléndez, Jean Ranc y Louis-Michel Van Loo, entre otros, además del artífice de la construcción del Palacio de La Granja de San Ildefonso (Segovia) y del Palacio Real de Madrid.
El Rey falleció en Madrid el 9 de julio de 1746. Sus restos se encuentran enterrados junto a los de su segunda esposa, Isabel Farnesio, en la cripta de la Real Colegiata de la Santísima Trinidad del Palacio de La Granja de San Ildefonso.
Fuente: Real Academia de la Historia (https://www.rah.es)