La cena de Emaús
1496-1504
Forma parte del «Políptico de Isabel la Católica», junto a otras escenas de la vida de Cristo. El artista narra el episodio relatado por san Lucas (24, 13-35) y de forma más resumida por san Marcos (16, 9-14), en el que Cristo resucitado se aparece a dos de sus discípulos, cuando van de camino hacia Emaús, y ellos le invitan a cenar en el castillo de la aldea. La escena representa el momento en que Cristo procedió a la «fractio panis», repitiendo el gesto de la Última Cena, por el que fue reconocido de inmediato por sus dos discípulos. El gran resplandor que rodea a Jesús asombra de forma sorprendente a un joven, que se agarra a la columna de primer término. Destaca la elegancia del atuendo típicamente castellano del personaje de espaldas al espectador, que lleva un sobretodo de color rojo con largas mangas abiertas y gorro a juego, así como una estola de piel. El banco sobre el que se sienta lleva un tapete con una inscripción en su cenefa, donde puede leerse el «Gloria Patri». De la arquería superior cuelga una banderola de rayas gualda y roja, que sirve de telón escenográfico.
Desde el punto de vista cromático, la escena se resuelve de forma magistral con la utilización de muy pocos colores claros: el azul del luminoso cielo y del paisaje que se extiende bajo él, en el que es posible vislumbrar las figuras de Cristo y los discípulos, contrasta con los tonos tostados que predominan en el primer plano, sólo interrumpidos por la intensa blancura del mantel y los tonos rojo y azul de los atuendos. El reparto tan proporcionado de los personajes en torno a la mesa hace que ésta cobre todo el protagonismo. A ello ayuda los escasos objetos que en ella hay representados, como son el pan que parte Jesús y el salero del otro extremo. El artista ha vuelto a utilizar un lenguaje clasicista para encuadrar el asunto, ideando una bella galería porticada abierta al exterior, a través de cuyas arquerías se ve la fortaleza medio arruinada del castillo de Emaús. La representación de arquitecturas en ruinas es otro de los elementos característicos de los fondos compositivos de Juan de Flandes, y quizás pueda interpretarse como un reflejo de las acciones que los Reyes Católicos emprendieron contra los castillos de los nobles rebeldes de la época.